El fiscal de homicidios dolosos Ademar Bianchini –quien investiga el asesinato del chofer de la línea 116, César Roldán– dijo que en principio se descarta que el crimen haya sido cometido en un intento de robo y señaló que, según las primeras pruebas recolectadas, el trabajador no habría sido atacado a título personal.

En diálogo con la prensa, el fiscal indicó que los agresores dejaron una amenaza en el colectivo y, si bien advirtió que no iba a revelar el mensaje de la misma, destacó que la nota permitiría descartar tanto la hipótesis de robo como la que sostenía que el blanco del ataque fue Roldán a título personal. Es decir, se calcula que lo asesinaron por ser el chofer del colectivo, pero no porque lo estuvieran persiguiendo individualmente.

“Según lo que relatan los testigos y las evidencias que tenemos, no hay un intento de abordaje al colectivo, nadie intentó subir. Tampoco se trataría de nada personal contra el chofer. El ataque sí fue directo hacia él, pero no por quién es, por su identidad”, indicó el funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

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Además, Bianchini informó que al momento del ataque el colectivo venía con “seis o cinco” pasajeros a bordo, quienes van a declarar como testigos. En este sentido, observó que uno de ellos recibió un corte en el brazo izquierdo, producto de un “roce o una esquirla”.

En cuanto a los agresores, el fiscal explicó: “Por la información con la que contamos hasta ahora, serían dos personas. Un joven de unos vientitantos años, que sería quien disparó a pie; y una persona más que lo esperaba en una moto. El arma usada en la agresión fue una 9 milímetros”.

Finalmente, detalló que los disparos sólo se dieron contra el frente del colectivo, al tiempo que aclaró que el orificio que se observa en la ventana del chofer es el “impacto de salida” de una de las balas. La amenaza –que fue escrita en un papel doblado– fue deslizada debajo de la puerta delantera de la unidad.

Para dar con los agresores, se están relevando cámaras de seguridad –tanto públicas como privadas– de la zona.

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El ataque contra el colectivo de la línea 116 ocurrió durante la tarde del sábado en Eva Perón y Cullen, en la zona oeste de Rosario. Según las primeras informaciones, uno de los agresores estaba en la parada y, simulando ser un pasajero, le hizo señas al móvil para que se detenga. Seguidamente, extrajo un arma de fuego y efectuó al menos siete disparos contra el frente del ómnibus.

Varios de los proyectiles alcanzaron al conductor de la línea, quien perdió la vida en el lugar.

Tras el homicidio, la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) seccional Rosario pidió que todas las unidades, una vez que terminen su recorrido, vuelvan a los galpones, dando inicio así a un paro que se extenderá, al menos, hasta la tarde de este lunes.