Vivir en los barrios rosarinos se hace cada vez más difícil. Y una de las duras realidades que se repiten son las amenazas e intimidaciones de gente que busca apropiarse de viviendas para sus negocios. Desde hace años es una modalidad común y cientos de familias se han visto afectadas, desalojadas a la fuerza, para que sus hogares terminen convirtiéndose en búnkers de ventas de drogas. Cristian Insaurralde teme estar viviendo una situación similar. Desde hace dos semanas comenzó a sufrir un violento asedio por parte de un grupo de personas que pretenden quedarse con su casa. Se presentaron varias veces, lo intimaron para que pague 10.000 pesos o se vaya, dispararon al aire e intimidaron a los vecinos. Y, a pesar de haber hecho varias denuncias, no ha conseguido aún ninguna respuesta de la Justicia.

Cristian tiene 24 años y una bebé de 6 meses. Según relató a Conclusión, todo comenzó el lunes pasado, mientras él y su mujer tomaban mate en la puerta de su casa, ubicada en Pasaje 1878 al 3800, en barrio La Lagunita. Fue en ese momento cuando un Fiat Uno frenó frente a su vivienda y le gritaron que tenía una hora para dejarla o que tenía que pagar 10.000 pesos o entregar una moto y, antes de irse, hicieron dos disparos al aire.

Cristian dice que se asustaron mucho, pero que como ese día no volvieron, lo dejaron pasar. Sin embargo, los autores de las amenazas volvieron al día siguiente y repitieron lo ya dicho, o pagaba o se iba. Entonces el joven decidió llamar a la policía quienes estuvieron en la zona, interrogaron a alguna gente y, siempre según los dichos de Cristian, habrían dado con una persona que estaba en el grupo y dijo ser remisero. Pero lo dejaron ir. «Ese día secuestraron un auto pero no se que pasó con eso. Eran de la comisaría 32ª».

«Al día siguiente fui a hacer la denuncia, como corresponde, al Centro Territorial de Denuncias de Montevideo al 1900. Pero no pasó nada. Como las amenazas siguieron, volví otra vez, entonces me dijeron que vaya a Tribunales. También fui, pero me mandaron de nuevo al CTD».

Como la situación no parecía mejorar, el joven intentó resolver por sus propios medios, y consiguió una persona que estaba dispuesta a comprar su casa. «Tenía un comprador, la vino a ver y me dijo que la iba a comprar. Pero cuando salió de casa, lo siguieron, lo agarraron en la esquina y lo amenazaron para que no compre nada. Y ese mismo día, esta gente estuvo de nuevo el barrio y empezaron a patearle las puertas a los vecinos para ver si yo ya me había ido o seguí ahí».

Cristian volvió a llamar a la policía, pero no pasó nada. «Estuvieron en el barrio, agarraron a uno, pero después lo dejaron ir».

Si bien el joven dice no saber quienes son los que lo intimidan, cree haber visto una cara conocida entre ellos. «No es de mi barrio, es de otro barrio vecino». Y también supone que la razón que está detrás de estas intimidaciones es porque quieren usar su casa para poner un búnker y vender drogas. «Yo no tengo nada, ni tengo esos 10.000 pesos ni tengo moto ni nada. Aparte, no tendría por qué pagar nada, si la casa es mía».

Pero el miedo puede más. «Tenía miedo por mi beba de 6 meses y mi mujer, entonces nos fuimos. Y ahora no se donde más ir, fui a Tribunales, al Centro Territorial de Denuncias, a la Municipalidad, a Desarrollo Social y a Promoción Social a ver si nos pueden dar un lugar donde ir hasta que esto se resuelva, pero nadie nos ayuda «, contó con angustia. «Ahora, me dijeron que van a desestimar la denuncia porque no hay testigos. Y nosotros no tenemos donde ir».

La pareja de Cristian también contó a Conclusión que, cuando empezaron las amenazas, se encerraron en la casa. «Nosotros nos fuimos el jueves. Desde el lunes estuvimos ahí, encerrados. No salíamos para nada, ni a hacer mandados o a comprar algo para comer. Pero tampoco podíamos dormir del miedo, tratamos de quedarnos pero no es vida tampoco, encerrados sin salir y sin dormir…. Y ahora tampoco sabemos que va a pasar con la casa. No puede ser que nuestra casa quede ahí, sola, si tampoco tenemos para pagar un alquiler. ¿Qué va a pasar, vamos a quedar en la calle?.

De hecho ya están en la calle. «Dormimos donde nos agarra la noche. El otro día tiramos un colchón ahí, frente a Fiscalía, más que nada para la bebé… y nos hicieron una denuncia porque no se puede dormir ahí».

Por su lado, desde el Ministerio Público de la Acusación confirmaron la denuncia y también que la causa fue desestimada por «falta de elementos probatorios». Sin embargo, se solicitó una revisión de esa resolución, por lo cual, «la van a analizar y si estiman que debe continuar se reabrirá».