El crimen de un joven de 18 años en la zona sudoeste de la ciudad, ocurrido el pasado sábado,  desató una serie de acontecimientos que mantienen a su familia en vilo al igual que a los vecinos del barrio. Fernando Lucas Flores tenía 18 años, era cartonero  y vivió toda su vida en barrio La Lagunita. El pasado domingo a la noche, Fernando estaba en la calle, en la zona de Pasaje 1818 al 3800 cuando dos personas lo balearon y se dieron a la fuga. El joven falleció poco después con varios disparos en tórax y abdomen. Desde ese día, familiares y vecinos denuncian complicidades policiales y hostigamiento por parte de la fuerza de seguridad. 

El lunes pasado, pocas horas después del crimen, el barrio se vio conmocionado por un fuerte accionar policial que los vecinos calificaron de «violento y represivo». «Agarran a todos los que pasan, los ponen contra la pared, los revisan y se los quieren llevar», contó Raquel Martínez, tía de Fernando Flores a Conclusión.

También te puede interesar: Joven de 18 años fue asesinado a balazos

En ese sentido, la mujer denunció que «la policía hostigaba» a los parientes del joven y acusó a algunos efectivos de «querer encubrir» a un vecino del barrio quien, según los dichos de la mujer es «cómplice del homicidio» de su sobrino ya que sería quien «le dio la moto y el arma» al tirador.

La supuesta venganza que no fue

Ese mismo lunes, la policía volvió a La Lagunita. Según informaron desde el Ministerio de Seguridad, respondieron a un llamado del 911, en el cual se daba cuenta de disparos en la zona.

En el parte oficial consta que «al arribo observaron a una persona a bordo de una motocicleta 110 cc quien, a simple vista, llevaba un arma larga entre sus ropas, inmediatamente se le impartió la voz de alto a lo que hizo caso omiso y comenzó a darse a la fuga e ingresando a un pasillo de calle Pasaje 1818 y Rivero, lugar donde dejó abandonada la moto y comenzó a darse a la fuga a pie arrojando un elemento al suelo».

En el mismo parte se consigna que los efectivos policiales lograron darle alcance al sospechoso quien portaba una carabina calibre 22 y una munición intacta del mismo calibre. Y también se da cuenta que «debido a  la hostilidad de los vecinos, que comenzaron a arrojar elementos contra el personal, se produjo la rotura de la luneta trasera del móvil».

Además, en otro parte posterior sobre actuaciones en el mismo barrio, el Ministerio de Seguridad informó que la policía fue enviada a las 12.40 a Pasaje 1818 y Rivero donde «una mujer expuso que habría personas armadas con intenciones de tomar represalias por un hecho de sangre acaecido en el día sábado 20 del corriente». En ese informe, se deja constancia de que se detuvieron a tres personas, un adolescente de 15 años y dos mayores de 22 y 29, que se dieron a la fuga ante la presencia policial y que ingresaron a un domicilio donde los efectivos los apresaron y vieron a uno de ellos arrojar una bolsa sobre la cama que contenía «una pistola calibre 9 milímetros con un cargador que tenia 4 cartuchos en su interior y un cartucho en la recamara, una pistola calibre 32 con 5 cartuchos, 3 cargadores calibre 9 milímetros, 24 cartuchos calibre 9 milímetros, un cargador del mismo calibre con capacidad para 40 cartuchos, 13 cartuchos calibre 32, 6 cartuchos calibre 387 corto, 2 cartuchos calibre 38 largo, un cartucho calibre 40, 11 cartuchos calibre 11.25, 10 cartuchos calibre 12/70, 1 cargador calibre 22, 3 cartuchos calibre 380 y una culata de madera de escopeta».

En relación a estos partes policiales, Raquel Martínez se comunicó con Conclusión y manifestó su intención de desmentir esa información difundida y publicada luego en varios medios de comunicación de la ciudad y señaló, además,  que se presentó a la Fiscalía para dar testimonio de que «esas tres personas detenidas no tenían nada que ver con esas armas,  que nunca entraron en la casa donde fueron halladas y que no había ninguna venganza en marcha».

El testimonio de Raquel

«Ellos dicen que es allanamiento, pero yo digo que es hostigamiento policial. Yo vi en el diario que acusaban a estos muchachos de tener un arsenal de armas para vengar la muerte de mi sobrino y quiero desmentir esa versión. A los chicos que detuvieron los encontraron afuera de la casa, caminando por el pasillo. Nosotros los vimos porque estábamos acompañando a mi hermana. Fue toda una pantomima de la policía, la hicieron para que el cómplice del asesino de mi sobrino saque las cosas de su casa y se escape» acusó la mujer.

«El hombre que vive en esa casa donde encontraron las armas no tiene nada que ver con mi familia Nosotros veníamos de sepultar a mi sobrino y cuando estábamos acompañando a la mamá a la casa, la policía los agarró en el pasillo y los pusieron contra la pared. Y después encontraron esas armas en una vivienda de ahí y dijeron que eran de ellos, que los pibes habían descartado las armas ahí, y eso es mentira» insistió Raquel Martínez, que dijo conocer a los detenidos desde hace mucho tiempo.

La mujer alegó estar muy preocupada porque «uno de ellos es menor y lo van a mandar a Niñez, o al Irar».

«Además -contraatacó Martínez – dijeron que los vecinos les rompimos la luneta del patrullero y es no es verdad.  Lo que pasó es que la policía iba retrocediendo y chocó contra un camión que estaba en la esquina. Todo es mentira, nos están ensuciando porque uno de los responsables de la muerte de mi sobrino tiene una hermana y un cuñado policía y un hermano gendarme».

La mujer insistió: «Las armas no tienen nada que ver con nuestra familia. Es mentira. Es porque son todos policías. Quiero limpiar a esos chicos que están presos, al menor lo van a mandar a Niñez».

Raquel repitió que hizo la denuncia en Fiscalía y que le llevó al fiscal Miguel Moreno, quien investiga la causa, las fotos de los asesinos de su sobrino. «También le conté las cosas que vivimos como vecinos aquí en el barrio».

Entre las acusaciones que hizo la mujer, reveló que «a la casa donde supuestamente estaban las armas no entraron en persecución, tampoco había orden de allanamiento ni hubo testigos del allanamiento».

«Nosotros no estamos interesados en venganzas, nadie de mi familia… mi sobrino no tomaba, no se drogaba, era un pibe sano, y lo mataron como un perro. Lo único que queremos es que se haga Justicia y que metan presos a los verdaderos responsables».

En tanto, desde el Ministerio Público de la Acusación informaron que en la tarde del miércoles, se realizó la audiencia imputativa contra los detenidos. El fiscal Aníbal Véscovo les imputó «portación ilegal de arma de uso civil y de guerra y acopio de municiones» a los dos mayores y se les dictó 60 días de prisión preventiva efectiva. En tanto el menor fue puesto a disposición de la Justicia de Menores.

En relación a la denuncia de Raquel Martínez, desde Fiscalía informaron que aún no les ingresó ninguna denuncia en el sistema de registro.