Foto: Archivo.

 

Dos policías -hermanos entre sí- fueron condenados a 20 y 23 años de prisión efectiva, al ser hallados culpables del homicidio de Matías Ezequiel Sosa, un joven de 25 años que vivía en barrio Parque Casas y fue ultimado a balazos en diciembre de 2018 por los efectivos.

En un juicio oral que finalizó este miércoles y se desarrolló en el Centro de Justicia Penal de Rosario, los jueces de primera instancia Rafael Coria, Silvia Castelli e Isabel Más Varela condenaron a los hermanos Franco y Víctor Villarruel, ambos integrantes del Comando Radioeléctrico, por el homicidio agravado de Sosa.

Según la investigación, a cargo del fiscal Adrián Spelta, el asesinato de Sosa -quien era vendedor ambulante del barrio Parque Casas- ocurrió en las primeras horas de la tarde del 16 de diciembre de 2018, en la zona de Uriarte al 1.500.

En medio de una discusión con Sosa, que incluyó piedrazos contra el auto del policía, Franco Villarruel extrajo de entre sus ropas el arma reglamentaria y le disparó en el tórax, a menos de dos metros de distancia. Producto de la lesión, la víctima cayó al piso y en ese momento, Víctor Villarruel le efectuó dos disparos más.

Al ver esta secuencia, Milton -hermano de la víctima- intentó huir, pero ambos policías los persiguieron y le efectuaron varios disparos, aunque no lograron herirlo. En tanto, Matías Sosa fue trasladado al Hospital de Emergencia Clemente Álvarez (HECA) donde estuvo internado cuatro días y finalmente falleció el 20 de diciembre a causa de una falla multiorgánica causada por las heridas recibidas.

En tanto, personal del Comando Radioeléctrico que había sido comisionado al lugar del ataque detuvo a Franco Villarruel y le secuestró el arma de fuego con la que efectuó los disparos, mientras que Víctor Villarruel se entregó de manera voluntaria ante la Justicia y también se le secuestró el arma.

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Por estos hechos, el tribunal condenó a Víctor Villarruel a la pena única de 20 años de prisión efectiva por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en carácter de coautor; y por tentativa de homicidio, también agravado por el uso de arma de fuego en carácter de coautor.

Asimismo, Franco Villarruel fue condenado a la pena única de 23 años de prisión efectiva por los mismos delitos que su hermano. Cabe destacar que Fiscalía había pedido una condena de 23 años para ambos efectivos. 

Un conflicto de larga data

Matías Sosa y Franco Villarruel mantenían un viejo enfrentamiento entre sí. La razón era que la hermana de la víctima había estado casada con el policía, quien la sometía a permanentes maltratos. Durante el tiempo que estuvieron casados, Matías enfrentó a Villarruel repetidamente, para defender a su hermana, hasta que la joven logró separarse e irse a vivir a casa de su madre con sus tres hijos.

Sin embargo, el encono entre Sosa y su ex cuñado, vecinos entre sí, nunca menguó y desembocó en la violenta tragedia. Según testigos del homicidio, ese domingo por la tarde -antes del crimen- una piedra fue a estrellarse contra el auto de Franco, y hay quienes dieron cuenta de que el piedrazo lo arrojo Matías y otros afirman que lo hizo su hermano.

Sosa y su hermano se retiraron del lugar y volvieron a la casa de su madre. Entre tanto, Villarruel llamó a la policía e informó que había jóvenes arrojando piedras contra los autos. Cuando los efectivos llegaron, tocaron timbre en la casa de Sosa y, cuando el joven salió y estaban por detenerlo, los hermanos Villarruel le dispararon.

Según el relato de los testigos del barrio y de los familiares de Sosa, cuando los policías del Comando Radioeléctrico vieron lo que ocurría, se subieron al móvil y se fueron.

Como suele ocurrir en estos casos, en los que hay policías involucrados, las primeras versiones oficiales informaron que se trataba de un hecho de robo y, posteriormente, de un enfrentamiento. Pero la presencia de varios testigos, entre los que se incluyen los familiares de Matías, propiciaron el avance de la investigación.

El crimen de Matías, al que los vecinos llamaban afectuosamente René, dividió ferozmente al barrio. Días después, cuando se conoció el fallecimiento del joven, sus familiares ocasionaron destrozos en un depósito que pertenecía a la familia Villarruel. Esa tarde hubo represión y balas de goma, pero no todo terminó allí. Los cruces de denuncias entre ambas familias continuaron y en agosto de 2019, fueron imputados la madre, la viuda y el hermano de Sosa por las supuestas amenazas.