La Justicia rosarina falló este lunes en contra del Sanatorio Los Alerces y un anestesista que allí ejerce en una demanda entablada por una mujer que sufrió varias heridas en uno de los quirófanos tras ser operada por cálculos en la vesícula. El sanatorio Los Alerces deberá pagarle a la paciente demandante  cerca de 2.000.000 de pesos, entre capital e intereses. Las condenas  son extensivas a dos compañías de seguro.

Según pudo saber Conclusión, la paciente fue internada en el nosocomio el día 30 de agosto de 2013 por un fuerte dolor abdominal e intervenida al día siguiente a causa de una colecistitis aguda (cálculos en la vesícula). La intervención se realizó con anestesia general pero, una vez finalizada la cirugía, la mujer presentó un cuadro post quirúrgico inmediato de excitación psicomotriz, lo cual provocó que se incorporara involuntariamente en la camilla y golpee contra el pie de suero, cialitica y equipo de video laparoscopia, ocasionándose así una herida abierta de 1,5 cm aproximadamente y traumatismo de hombro
izquierdo.

A causa de ello, la paciente sufrió mútliples complicaciones de salud y perjuicios físicos, emocionales y económicos. La demandante sufrió una fracura de clavícula por la cual tuvo que ser sometida a cirugía.

Pero, a pesar de la cirugía, su estado empeoró con el transcurso de los días, con pérdida de sensibilidad en el brazo y mano izquierdos y comenzó a sufrir innumerables limitaciones en su vida cotidiana, no pudiendo valerse por sí misma ni realizar tareas domésticas y no pudiendo concurrir a su trabajo por lo cual sufrió serios perjuicios económicos ya que se desempeñaba como telmerketer y percibía comisiones sobre ventas.

La demandante relató también que el tiempo total de recuperación de la fractura en la clavícula fue de 7 meses y que durante todo ese período, se ha sometido a varios meses de prácticas kinesiológicas, acarreando un gasto extra, dado que su obra social no las cubría
íntegramente.

En su resolución, el juez Marcelo Quaglia destacó que “la diligencia de los médicos debe apreciarse con un criterio severo porque al intervenir valores tan trascendentes, la menor imprudencia, negligencia o descuido más leve, tendrá una dimensión especial que le confiere  una singular gravedad”.

También detalló que  “se le exigirá una diligencia máxima teniendo en cuenta la mayor capacidad de prevención del profesional” y puntualizó que “no medió la atención y contención del paciente tras el acto quirúrgico».

Quaglia consideró que “en relación con los hospitales, sanatorios y clínicas se  reconoce que pesa sobre ellos una obligación tácita de seguridad hacia quien acude a los servicios que brinda”.

Por todos estos considerandos, el fallo condenó al sanatorio Los Alerces a pagarle a la paciente una suma que asciende a los 2.000.000 de pesos entre capital e intereses por las lesiones físicas y secuelas incapacitantes. En tanto el anestesista también fue condenado en forma solidaria con el sanatorio.

Además, el magistrado resolvió hacer extensiva la condena a las compañías citadas en garantía con la extensión y alcances fijados en los
considerandos.