El Tribunal Oral Criminal 1 de Junín comenzará este viernes a juzgar al ex policía bonaerense Matías Ezequiel Martínez, quien está acusado de matar a puñaladas a Úrsula Bahillo, de 18 años, en febrero pasado en la localidad bonaerense de Rojas.

El crimen fue muy resonante e incluso motivó que el presidente Alberto Fernández reciba a los padres de Úrsula en Casa Rosada, ya que renovó el debate por la inacción policial y judicial, puesto  que la víctima había realizado varias denuncias por violencia en contra de Ramírez, durante los últimos siete meses de la relación que mantenían.

Desde las 10 de este viernes  los jueces Carina Piegari, Claudia Dana y Esteban Melilli juzgarán a Martínez, de 25 años, por «homicidio doblemente calificado por tratarse de una mujer cometido por un hombre mediante violencia de género (femicidio) y por mediar alevosía». La acusación la llevará adelante el fiscal de juicio Sergio Terrón y la querella que representa a la familia de Úrsula.

Úrsula fue asesinada el 8 de febrero pasado. Ese mismo día la Justicia había notificado a Martínez de la imposición de una perimetral que le impedía acercarse a la joven de 18 años.

Según la investigación, el día del crimen, Úrsula se subió al automóvil de Martínez rumbo al paraje de Guido Spano, a unos 10 kilómetros de la ciudad de Rojas, a una zona descampada, donde la joven recibió 15 puñaladas. Además, la autopsia reveló que fue degollada.

Martínez llamó a su tío pidiéndole que vaya solo al lugar porque él «se había mandado una cagada» y fue esa persona quien alertó al 911 avisando que su sobrino pudo haber lastimado a la joven. Al llegar la Policía al lugar, encontró el cuerpo de Úrsula arriba del auto, el cuchillo supuestamente utilizado en el homicidio y detuvo al acusado. Según sospecha la Justicia, Martínez intentó montar una escena lastimándose a sí mismo y simulando que previamente recibió una agresión.

La joven había realizado varias denuncias en contra de Martínez por violencia de género, las cuales fueron hechas en enero de este año. El 9 de ese mes, Patricia, la mamá de la víctima, hizo una denuncia en su contra en la Comisaría de la Mujer. El 28 de enero ratificó otra denuncia por las amenazas que recibía su hija de parte del oficial de policía, y el 1º de febrero sostuvo que Martínez había cruzado a Úrsula en la vía pública y la amenazó. El 5 de febrero, tres días antes de su muerte, Úrsula denunció a Martínez y lo hizo también al día siguiente, relatando que había sido intimidada por el acusado.

Tras esas cinco presentaciones, el mismo día del asesinato, a Martínez se le impuso la prohibición de acercarse y se le ordenó dar un botón antipánico a Úrsula, lo cual no se concretó porque no había unidades disponibles. Por la tarde fue asesinada.

Luego del crimen de la joven, el ex policía fue condenado a cuatro años de prisión por lesiones leves en concurso con amenazas en contra de otra expareja en 2017.