Un comerciante de barrio Alvear denunció que recibe constantes amenazas por parte de desconocidos que le exigen dinero para «poder trabajar tranquilo». Las sumas van de los 40 mil pesos hasta 1 millón. La semana pasada la sobrina del denunciante recibió un balazo en el abdomen. Otros locales sufren la misma situación pero tienen «miedo de hablar».

En diálogo con Conclusión Nelson denunció que «la situación que se vive es que extorsionan a los comerciantes para poder trabajar y nos piden un monto, a veces son 40 mil pesos, otras veces 300 mil y a veces hasta 1 millón de pesos, hay gente que no quiere hablar pero se que le sacaron 600 mil pesos y les balearon la casa».

Como demostración de su denuncia recordó que «el sábado nos balearon la casa como un escarmiento para que paguemos. a mi sobrina el tiro le entró en el abdomen, ella ahora está fuera de peligro, pero así no se puede vivir. Te roban la vida, estamos viviendo en un cuartito cerrado. Mis hijos no van al colegio porque los compañeros le dicen que no se juntan con ellos porque corren peligro y que vayan con chaleco antibala», se lamentó.

«Ahora estamos viviendo en una casa prestada, no tenemos vida, al negocio no viene nadie a comprar, es un negocio de barrio. Este mes se nos dificulta pagar la hipoteca que sacamos para poner este negocio y debemos, no sabemos si seguir o no», expresó visiblemente angustiado.

Además reconoció que «desde que sacaron la comisaria 18 el barrio se convirtió en tierra de nadie, antes alguien te daba una respuesta. Después hicieron la pantomima de traer gendarmes, nunca estuvieron ni los gendarmes ni los federales en el barrio, ni los políticos a hacer campaña vienen».

Las amenazas «las hacen con papelitos, llamadas, videollamadas, te mandan fotos de tu hija y tu mujer, de las armas. Te dicen que te van a matar», aseguró Nelson.

Respecto de donde provienen las intimidaciones y cómo actuar ante esta situación, Nelson dijo: «No sabemos que hacer, tenemos miedo. No tenemos respuesta, están investigando. Estamos a la deriva».

Por otra parte, agregó que «toda esta situación me genera mucha culpa porque si hubiese pagado no le hubiese pasado eso a mi sobrina», a la vez que se aseguró: «No se puede vivir así ¿quién te protege?, se preguntó.

Con respecto al origen de las amenazas contó que «en principio en los papelitos que dejaban decían que eran los Cantero, pero no creo», pero al consultarles a los extorsionadores «me dijeron que no me  importa, somos de arriba y nos tenés que pagar», concluyó.