Guadalupe Medina tenía tan sólo 12 años cuando le arrebataron la vida. Su cuerpo fue encontrado el 25 de mayo de 2016, en una casilla abandonada, en el corazón de Villa Banana. Había sido abusada sexualmente, brutalmente golpeada y ahorcada. En un primer momento dos hombres y un adolescente fueron acusados por el femicidio pero dos años después, un examen de ADN apuntó a otro hombre que perpetrado un hecho similar siete meses después de la muerte de Guadalupe. Con esas contundentes pruebas, Sergio S. fue imputado en diciembre de 2018 y este miércoles comenzó el juicio en el que enfrenta los cargos de abuso sexual con acceso carnal seguido de muerto y homicidio agravado por mediar violencia de género. Por estos delitos la Fiscalía pedirá prisión perpetua.

Tres detenidos

En la madrugada del 25 de mayo de 2016 Guadalupe Medina, una niña en situación de extrema vulnerabilidad y cuya familia ya había recurrido a Niñez en busca de contención,  fue ferozmente ultrajada, golpeada y ahorcada hasta morir. Algunos testigos declararon haberla visto horas antes con tres jóvenes, miembros de la banda del «Pandu», una pandilla que tenía a mal traer a todo el barrio y cuyo líder, Nelson Aguirre, cumple condena por un homicidio.

Dos días después del crimen, fue detenido un adolescente que tenía una campera igual a la descripta por el testigo y en la que se encontró ADN de Guadalupe. Fue puesto a disposición de la Justicia de Menores, que tiempo después lo absolvió (aunque el caso pasó por la Cámara Penal más tarde). Más tarde cayeron Mauricio C. más conocido como el Chueco, y Rodrigo B., que ostenta el alias de Wititi y era cuñado de Pandu. Ambos negaron haber participado del hecho y las pericias de ADN fueron negativas por lo cual recuperaron su libertad.

El giro de «Vizcacha»

En la madrugada del 8 de enero de 2017, Andrea, una joven de 29 años que había salido a bailar, regresaba a su casa, ubicada en Virasoro al 5000 (a unas siete cuadras de donde fue hallado el cuerpo de Guadalupe). Cuando estaba entrando, fue sorprendida por un vecino que, tras ponerle un cuchillo en la garganta, la obligó a entrar. En la vivienda estaban su hijo y su sobrino, de 15 y 16 años, a quien el hombre ató y golpeó. Luego, llevó a Andrea hasta el almacén que tenía en la misma casa, la violó y la ahorcó hasta que la creyó muerta. Pero Andrea sólo había perdido el conocimiento y cuando despertó pudo denunciar a su agresor, Sergio S., quien fue detenido 20 días después.

Las evidencias más contundentes contra el acusado, conocido en el barrio como «Vizcacha» fueron las muestras genéticas obtenidas del cuerpo de Andrea y que dieron positivas al ser cotejadas. Así, Vizcacha fue condenado a 9 años de prisión tras aceptar su responsabilidad en un procedimiento abreviado.

Quien advirtió las similitudes de ambos casos fue una abogada del Centro de Asistencia Judicial, Martina Guirado,  que en el 2018 llevaba la querella en el caso de Guadalupe y que meses atrás, había acordado el abreviado de Vizcacha. Mientras repasaba la causa, observó los puntos en común de ambos casos y solicitó a la Fiscalía que cotejaran las muestras con las de Guadalupe. Los resultados fueron lapidarios.

Sergio S. fue imputado en diciembre de 2018, y en esa audiencia, el fiscal Florentino Malaponte argumentó que los resultados de ADN tenían «un margen de error casi nulo».

Tras esa audiencia, fueron desvinculados de la causa los anteriores detenidos y Saravia quedó como único imputado.

El juicio

Este miércoles 24 de noviembre, Sergio S. se sentó en el banquillo de los acusados enfrentado los cargos de homicidio agravado por haber sido cometido respecto de una mujer mediando violencia de género en calidad de autor y/o abuso sexual seguido de muerte. Por los mismos, la Fiscalía y la querella solicitaron la pena de prision perpetua.

El tribunal integrado por los jueces de Primera Instancia Nicolás Vico Gimena, Rodolfo Zvala e Ismael Manfrin escuchará a más de 30 testigos antes de deliberar y emitir su veredicto.