El robo y posterior venta de once armas que se encontraban bajo la órbita de la Sección Balística y que habían sido incautadas en diversos operativos desataron un nueva tormenta en el seno de la policía de Santa Fe. Es que cuando se descubrió que un efectivo policial fue el responsable del robo del armamento, que usó para cambiar por una moto, la Agencia de Control Policial y la Fiscalía de Criminalidad Organizada pusieron la mira sobre la Agencia de Investigación Criminal y unos 30 policías fueron separados de su cargo mientras dura la investigación. Entre ellos se cuenta el hermano de la jefa de la policía de Santa Fe, Emilce Chimenti, que se desempeñaba como director de la Región Sur del Área Criminalística, y otros dos jefes. Si bien Chimenti no está acusado de nada, y su apartamiento es una medida «preventiva y transitoria» para evitar «entorpecimientos», su nombre sigue resonando en los medios. Es por eso que este miércoles, su hermana habló con las radios de la ciudad, remarcó que no está acusado de nada y que la policía siempre es investigada y aseguró que confía ciegamente en él.

El caso

La investigación que derivó en el apartamiento de Cristian  Chimenti, y los subcomisarios Oscar Rodrírguez y Hugo Mendieta, responsables de la sección Balística, y otros 27 efectivos, estalló el pasado 20 de abril se realizó un allanamiento en un «aguantadero» de Empalme Graneros en el que se secuestraron 11 pistolas, algunas de gran calibre y una con mira láser, y 107 municiones. Cuando se realizaron las pericias de rigor sobre el material secuestrado se detectó que todas esas armas ya habían sido incautadas previamente en distintos procedimiento y debían estar bajo custodia policial en la sección Balística.

Las pesquisas condujeron hacia un empleado de la sección Balística, Juan Carlos B., un joven de 21 años que fue imputado el martes pasado y que fue acusado de llevarse las armas del depósito en el que trabajaba hacía dos meses y cambiarlas por una moto. De acuerdo a la investigación, se las había entregado al dueño de un gimnasio al que asistía, que a su vez es cuñado del dueño del lugar donde fueron halladas las armas. El joven quedó detenido en prisión preventiva por 90 días.

También fueron imputados Lautaro G., detenido en el lugar en el que se secuestró el armamento y Alexander L., que es quien habría recibido las armas.

Confianza ciega

La jefa de la policía Emilce Chimenti habló este miércoles con varios medios de la ciudad y aclaró que por el momento, ninguno de los 30 efectivos investigados está imputado, a excepción del policía que ya quedó detenido, que es el que cambió las armas por una moto. «Eso fue una locura, fue una situación muy grave», manifestó la jefa policial a la radio LT8.

En ese sentido, Chimenti aclaró que «la policía siempre es investigada» cuando ocurren hechos de este tipo. «No está mal que se investigue a todo el grupo de policías, para eso trabaja la Agencia de Control Policial. Que estén investigados no quiere decir que están imputados, y mi hermano tiene la mala suerte de ser mi familiar y llevar mi apellido. De allí que haya tanta difusión mediática», remarcó la funcionaria a la vez que enfatizó que ambos son muy respetuosos de la Justicia y que espera que pronto se resuelva la situación y se pueda llegar a los responsables si es que hay otros además del que está detenido.

Consultada sobre si estaba dispuesta a poner las manos en el fuego por su familiar, Chimenti no dudó y respondió que confía ciegamente en su hermano. «No cometió ningún delito ni irregularidad. Todos nosotros en nuestra carrera podemos ser investigados por cualquier situación. Dependemos de cómo se resuelva la causa».

Chimenti contó, además, que como familia lo sufren de otra manera:  La familia lo sufre de otra manera. Con tantos años de servicios una está acostumbrada, pero a la familia le duele mucho esta situación, más que nada por la difusión pública”.