La imputación y detención del fiscal Gustavo Ponce Asahad conmocionó al Poder Judicial de la provincia que, además, contempló la caída de Patrico Serjal Benincasa, fiscal regional de Rosario quien, probablemente, en las próximas horas también sea imputado. La causa que los implica a ambos es recibir dinero a cambio de filtrar información y brindar protección ilegal a un hombre ligado al negocio del juego, legal y clandestino. En ese sentido, el fiscal general Jorge Baclini calificó de conmocionante y decepcionante los hechos revelados en las últimas semanas pero señaló que las pruebas que pesan sobre ambos son «sólidas y contundentes».

Baclini elogió la investigación realizada por los fiscales Matías Edery, Gisela Paolicelli y Luis Schiappa Pietra, y destacó que «se hizo en muy poco tiempo». “En cinco días se logró mucha evidencia que fue presentada en la audiencia imputativa de ayer. Se trabajó a fondo y esto demuestra que el sistema ha logrado autodepurarse e identificar a los presuntos autores de los delitos para que esto no vuelva a ocurrir”, remarcó el funcionario máximo del Ministerio Público de la Acusación.

En declaraciones a distintos medios de la ciudad, Baclini dijo que admitió que la situación de enterarse de que sus compañeros estaban envueltos en una trama de corupción y extorsiones es, cuanto menos, «triste, conmocionante y decepcionante». El funcionario también subrayó que «la evidencia es sólida». «Habrá que ver cómo es la estrategia defensiva, pero en función de la valoración de los fiscales entendemos que las pruebas son sólidas”.

Y agregó: «Hubo una ingeniería que se puso en marcha para que los involucrados no tomen conocimiento de que ya había declarado y estaba detenido Leonardo Peiti (imputado por juego ilegal). En menos de 48 horas, hubo que trabajar para recopilar la evidencia sobre los dichos de Peiti y así ir cerrando el círculo de la investigación», añadió Baclini.