En el marco de la investigación por el crimen de Lorenzo Altamirano, el joven secuestrado al azar y ejecutado frente a la cancha de Newell’s Old Boys, que converge con otras causas por balaceras y narcotráfico, se realizaron este viernes una serie de allanamientos en los penales federales de Ezeiza, Rawson y Marcos Paz. Uno de esos procedimientos, que llevaron adelante en conjunto la Justicia Federal y santafesina, se hizo en las oficinas administrativas de Marcos Paz, por la presunta «complicidad estructural» del Servicio Penitenciario Federal con el líder de Los Monos, «Guille» Cantero, cuya celda también fue allanada.

Los procedimientos fueron requeridos por los fiscales de la Unidad de Criminalidad Organizada, Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, la fiscal federal Paula Moretti y el fiscal Diego Iglesias, titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad.

El allanamiento en la celda de Cantero fue solicitado en el marco de tres causas penales distintas, una de la Justicia Federal de Rosario, otra de la Justicia Federal de Morón y la restante de la Justicia ordinaria también de Rosario. La sospecha de los investigadores es que algunas balaceras, el narcomenudeo principalmente en barrios conflictivos de Rosario y el homicidio de Altamirano fueron organizados desde las cárceles, por presos.

En uno de los dictámenes firmados por la fiscal federal 2 de Rosario, Paula Moretti, y por el fiscal Iglesias, se solicitó que se secuestre en formato «físico o digital» los «registros de los números de abonados con los que se comunicó el interno Cantero desde la línea telefónica emplazada en el Pabellón 7 y los titulares de dichos abonados, al menos desde el mes de marzo de 2022 a la fecha».

Los pesquisas apuntan a dos líneas investigativas: la primera vinculada a la posible comisión de «Guille» Cantero de conductas vinculadas al tráfico de sustancias estupefacientes y otros delitos organizados desde su lugar de alojamiento; y la segunda, referida a la posible complicidad estructural de las autoridades del Servicio Penitenciario Federal que permitió que Cantero cuente con dispositivos expresamente prohibidos.

Además, en otra causa que lleva la fiscal federal 1 de Morón, Mariela Labozzeta, junto al fiscal Iglesias, se ordenó el allanamiento de la misma celda de «Guille» Cantero por una balacera contra el frente del Complejo Penitenciario de Marcos Paz en noviembre del 2022.

En esa causa, también se pidieron los allanamientos de las celdas de Leandro Vinardi, alias «Pollo», en la Unidad Residencial VI del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza; la de Damián Escobar, alias «Toro» o «Guampa», en la misma Unidad Residencial; la de Rodolfo Ezequiel Masini, alias «Eri», en el Pabellón 5 de la Unidad Penitenciaria Federal de Rawson; la de Pablo Nicolás Camino, del mismo pabellón; y la de Leandro Vilches, también en Rawson.

En todos los casos, los investigadores buscaron teléfonos celulares y aparatos de tecnología mediante los cuales los presos organizarían hechos de violencia y continuarían manejando sus respectivas bandas delictivas desde la cárcel. En una de las celdas de la cárcel de Rawson, los policías hallaron un boquete a través del cual los presos lograban pasarse los teléfonos celulares con el fin de evitar ser descubiertos durante las requisas.