El 12 de abril de 2014 el camping del Sindicato de Camioneros, de la ciudad de Pérez, debía ser el escenario de una asamblea de trabajadores. Pero terminó convirtiéndose en una escena de terror cuando un grupo armado interceptó a cuatro colectivos que se dirigían al predio. Según lo que se pudo reconstruir en algunas filmaciones, a unos 150 metros del ingreso, un corte impedía el paso de los colectivos. Fue entonces cuando algunos se bajaron a ver que pasaba, y los que estaban en el corte comenzaron a dispararles. Entre los que se bajaron del ómnibus, estaba Nicolás Savani, que recibió un tiro en la espalda y otro en la nuca y falleció poco después. Tenía 27 años y dos hijas pequeñas.

Mauricio Savani, su hermano, también estuvo allí ese día, y un plomo le atravesó el brazo cuando trató de socorrer a Nicolás. Es Mauricio quien, a ocho años de la trágica muerte, relató a Conclusión que la causa no avanza y, a pesar de las muchas pruebas y testigos, aún no hay fecha de juicio para las seis personas imputadas por el crimen de su hermano.

Si bien en noviembre de 2021 hubo un avance judicial, cuando seis de los imputados quedaron detenidos en una audiencia preliminar al juicio, y el fiscal Adrián Spelta adelantó que pediría 10 años para los acusados, Mauricio Savani sostiene que la causa fue abandonada muchas veces, y denunció además «el oportunismo de muchas partes que han usado esta causa para beneficio propio, mientras nosotros quedamos sin justicia y desamparados». «El más humilde es el que más paga», sostuvo.

«La Justicia hizo lo que quiso, ni siquiera pude ser querellante en la causa de la muerte de mi propio hermano, y eso que yo también recibí un tiro en el brazo. Tuve abogados que durante años no hicieron nada y no han hecho más que especular. Me han querido pasar por arriba, como que esto no interesa, lo arreglamos en una mesa chica y que la familia se quede así. Hice marchas, fui a todos los canales de televisión, y nunca pasó nada».

Savani remarcó que pasaron ocho años desde el crimen de su hermano y todavía sigue esperando el juicio. «Ocho años, tenía testimonios, había filmaciones, cámaras, tenían todo para meter a estos tipos presos y todavía no pasó nada, esa es la injusticia, que haya pasado tanto tiempo habiendo tantas pruebas», se lamentó. «Fuimos a una asamblea democrática, fuimos a votar, como hacíamos siempre y a pasar el día con los compañeros y con la familia, y nos cortaron el paso, nos hicieron una emboscada, nos balearon,  mi hermano recibió dos tiros,y yo también, y eso todavía está impune».

«Nosotros hemos perdido toda fe en la Justicia. Yo creo que el fiscal nos ha tomado el pelo mucho tiempo. Los presos que están son todos «pichichos», pero a los realmente responsables, nadie los tocó. Y entre tanto, los que pagaron somos nosotros, la familia, que hace ocho años que esperamos el juicio.