Por Daniel Oscar Siñeriz Griffa

En la práctica de los deportes donde se corre intensamente, en algún momento es necesario y oportuno “cambiar el aire”. Esto se da casi espontáneamente y produce un alivio respiratorio y mayor energía.

Por eso creo que esta etapa de la pandemia -que llaman “la segunda ola”-, donde aumentan los afectados y se satura el sistema de salud, para fortalecer nuestra participación responsable, también podemos estar necesitando este “cambio de aire”, ya no espontáneo sino decidido y voluntario.

Desde esta columna de opinión les acerco una guía personal que puede ser útil y práctica, como una especie de “mística” motivadora:

– Sentir que nos están regalando, hoy, nuevamente la vida.

– Recibirla como un regalo valioso.

– Compartirla generosamente.

– Saber que esta dinámica llega lejos y puede estar cambiando cosas, como el famoso aleteo de la mariposa.

– En esto de recibir y dar se juega todo lo que somos y tenemos.

– Vale la pena y la dicha seguir y convocar también a otros.

– Convencidos que somos parte de un Proyecto Mayor que nos convoca.

– Respirar hondo y sostener la esperanza.

– Ir juntando, a lo largo del día, todo lo bueno que pasa y que logramos.

Celebrar cada día la vida con todo lo que nos alegra y con todo lo que nos ayuda a crecer.

Espero que esto nos ayude a sostener la paciencia y la constancia necesarias para afrontar estos tiempos difíciles y encontrarles un sentido.