Por Nabih Yussef*

“El Chino”, así apodan con cariño al ex presidente Alberto Fujimori sus seguidores en el Perú. A pesar de tener orígenes étnicos japoneses, “el Chino” ha sido el sobrenombre popular con el que fue conocido una de las figuras políticas más polémicas de la historia de la nación sudamericana.

Fujimori gobernó el país andino entre 1990 y 2000, y sus simpatizantes lo recuerdan como un líder de mano dura, que logró destruir al grupo terrorista Sendero Luminoso y detener la galopante hiperinflación de más de 7 mil por ciento cuando llegó al poder.

Sentenciado a más de 25 años de prisión por delitos contra la humanidad, el ex presidente fue liberado “por razones humanitarias”, a través de un indulto político firmado por el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Esto ha despertado la ira de los detractores de Fujimori, que lo acusan de crímenes de corrupción, violencia política y violación de Derechos Humanos.

Fujimori es el autor intelectual de esterilizaciones forzadas de manera masiva a mujeres pobres e indígenas de la periferia peruana. A través de su Programa Nacional de Planificación Familiar, el ex mandatario realizó ligaduras de trompas sin consentimiento a más de 100 mil mujeres, en las cuales murieron una veintena de ellas.

Un chino suelto

El presidente PPK otorgó un indulto al viejo mandatario en plena vísperas de la Navidad, luego de que Fujimori fuera internado por un cuadro de “arritmia”. El perdón presidencial llegó en momentos donde PPK se enfrentaba a su destitución por parte del Congreso peruano, controlado por fujimoristas.

Se acusaba al presidente de recibir fondos provenientes de la empresa brasileña Odebrecht, que desperdigó con sus coimas casi un centenar de casos de corrupción en una docena de países de la región, donde Perú no fue la excepción.

Ante la debilidad política, PPK decidió negociar con el diputado de Fuerza Popular e hijo de Fujimori las condiciones de la liberad del dirigente. De esta manera consiguió no ser removido por el Congreso con el apoyo de fujimoristas, quedando a ocho votos del impeachment. “Han sido más de 10 años de espera, en los que mi padre estuvo privado de su libertad, finalmente se hace justicia”, dijo la ex candidata a la presidencia Keiko Fujimori, también hija del líder conservador.

Amor y odio

Una encuesta de Ipsos Perú reveló que un 65% de los peruanos se encuentra a favor de un indulto para Fujimori, mientras otro gran porcentaje de la población está en contra. Las divisiones que genera la figura viva del ex mandatario han abierto una crisis política de envergadura en el país.

El presidente peruano Pedro Pablo Kuzcynski en el Congreso tras su discurso

En señal de protesta, diputados peruanos abandonaron el partido de Kuzcynski por la decisión tomada por el gobierno y han dejado al Ejecutivo peruano con mayor debilidad política. Ante el derrumbe de la imagen de PPK, ha sido Kenji Fujimori, hijo de “el Chino”, el que ha crecido en los sondeos de opinión.

Según la misma consultora, un 38% de la población aprueba su figura, mientras mantiene un 55% de imagen negativa. Lo que lo convierte en uno de los personajes públicos más valorados del Perú, solo detrás de su hermana Keiko, candidata natural a la presidencia por Fuerza Popular.

Los problemas de empleo e inseguridad ciudadana en el Perú son motivos para extrañar la mano dura del fujimorismo en el poder, y con ello se explica gran parte del descontento popular al actual gabinete presidencial. Fujimori será en este 2018 una figura presente en la política peruana, símbolo de un Perú que aún no cierra sus heridas.

*Licenciado en Relaciones Internacionales y Director del Consejo de Estudios Interdisciplinarios Económicos y Políticos- www.CEIEP.org