Repercusiones sobre el asesinato de Qasem Soleimani
Declaración de Helga Zepp sobre el asesinato del comandante de la Brigada Quds de la Guardia Revolucionaria iraní.
- Internacionales
- Por Helga Zepp
- Ene 4, 2020
Por Helga Zepp* para LaRouche
Con el asesinato este 3 de enero del mayor general Quasem Soleimani, comandante de la Brigada Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, un héroe nacional en Irán, junto con Abu Mahdi al-Muhandis, el subcomandante de las Fuerzas de Movilización Popular de Iraq, con un ataque con un avión teledirigido cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad, el mundo se enfrenta con el peligro de una escalada de represalias y contrarrepresalias que podría no solo conducir a una guerra en toda la región del sudoeste asiático, sino más allá.
El Pentágono emitió una declaración, junto con la firma de la orden de ataque del Presidente Trump, donde señala que Suleimani “estaba desarrollando planes para atacar diplomáticos estadounidenses y efectivos militares en Iraq y en toda la región”. La declaración alega que el general Soleimani y sus Fuerzas Quds eran responsables de la muerte de cientos de estadounidenses y de haber herido a miles más, y que el ataque estuvo dirigido a disuadir cualquier plan de ataque iraní en el futuro.
Como lo indicó la vocera del Ministerio del Exterior ruso, María Zajárova, hacer una evaluación judicial de los ataques en las embajadas de los países, es competencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y Washington no había solicitado ninguna reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU sobre esa cuestión. Es obvio que el Pentágono no ve ninguna necesidad de hacerlo, ya que la figura legal en Estados Unidos de la Autorización del Empleo de la Fuerza Militar de 2001, legaliza cualquier ataque militar estadounidense contra cualquier grupo armado que sea considerado como amenaza terrorista. El hecho de designar de manera oficial como “terrorista” a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) en abril de 2019 por parte del Departamento de Estado de EU —una maniobra que tuvo el firme respaldo del entonces Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y del Secretario de Estado, Mike Pompeo— hizo “legal” para las fuerzas armadas de Estados Unidos cualquier ataque a personas vinculadas a los CGRI, bajo cualquier circunstancia que pudiera ocurrir. En ese momento, el coronel (r) Pat Lang escribió en su blog:
«Los idiotas neoconservadores (Pompeo, Bolton, Hannah, etc.) podrán pensar que la reacción de Irán a esta declaración de guerra será el sometimiento a su voluntad, pero en mi opinión, es muy improbable. En mi opinión, es más probable que los CGRI absorberán la nueva realidad y se prepararán para la guerra con Estados Unidos”.
Desafortunadamente, con el asesinato de Soleimani, la advertencia del coronel Lang; de que la designación de “organización terrorista extranjera” podría llevar a una guerra con Irán, está más cerca ahora de convertirse en una realidad. Aunque Bolton está fuera del gobierno, su política confrontacionista ha creado una herencia muy peligrosa: una trampa de guerra, para Trump. Y vaya sorpresa, Bolton dijo en un tuit esta mañana: “Felicitaciones a todos los involucrados en la eliminación de Quasem Soleimani. Preparada desde hace tiempo, esto fue un golpe decisivo contra las malvadas actividades de la Fuerza Quds de Irán en todo el mundo. Espero que este sea el primer paso para el cambio de régimen en Teherán».
Como era de esperar, el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, prometió una “venganza severa”, y en varias ciudades iraníes se congregaron multitudes para lanzar a gritos amenazas de muerte a Trump y para expresar su odio a los estadounidenses. Cualquiera que sea la opinión de otras fuerzas en Occidente y en el Sudoeste de Asia sobre Suleimani, es un hecho que él ha hecho probablemente más que ningún otro para contribuir a la derrota del “Estado Islámico de Iraq y Siria” (EIIS), Daesch, Al Nusra, Al Qaeda, etc., y representa un héroe nacional ante los ojos de los iraníes. Como era de esperarse también, los diversos aliados delegados iraníes en la región prometieron naturalmente de inmediato acciones en venganza, y también el gobierno iraquí anunció que tratará de conseguir una legislación en el parlamento iraquí para terminar con el fundamento legal a la presencia militar estadounidense en Iraq.
Debido a la extrema complejidad de la historia del sudoeste de Asia, en términos de las luchas étnicas y religiosas, el siglo de viejas manipulaciones principalmente del imperio británico con el “Gran Juego” contra Rusia, y al enredo de todas las potencias nucleares del mundo en esta región en bandos opuestos, no hay duda de que esta escalada tiene el potencial de salirse de control completamente, no importa que puedan pensar las fuerzas involucradas en el golpe de Estado contra el Presidente Trump. Si hay algo que uno puede aprender de la historia militar, es el reconocimiento de que las guerras nunca se desenvuelven según los planes. Si la gente hubiese sabido como se desenvolverían la Primera y Segunda Guerra Mundial, no las hubieran iniciado. Antes de que continúe la escalada entre Estados Unidos, Irán y sus delegados, toda la gente amante de la paz en el mundo debe respaldar una cumbre inmediata entre los Presidentes de Estados Unidos, Rusia y China, en el espíritu de la Reunión en el Elba, ya.
Es claro que, entre los tres Presidentes, el Presidente Trump –-quien prometió acabar con las guerras sinfín y ha dado ya varios pasos en esa dirección—y los Presidentes Putin y Xi, hay una intención y la capacidad para flanquear las maniobras de los belicistas, y para establecer un nivel de cooperación superior. Ese potencial es todo el motivo por el cual se ha orquestado el golpe contra Trump, el Rusiagate y ahora el juicio político. Es hora ya de que estos tres destacados dirigentes realicen el potencial que la providencia histórica les ha conferido.
*Fundadora del Instituto Schiller