2.940 millones de pesos anuales. Esa es la cifra que significan para Santa Fe los subsidios al transporte urbano e interurbano que el gobierno nacional quiere hacer desaparecer para llegar al déficit cero en 2019.

En principio sería a partir del 1° de enero de 2019. O en todo caso es lo que quieren creer en el gobierno provincial y los intendentes que todos los días tienen que garantizar que los colectivos salgan a la calle.

El ministro de Economía Nicolás Dujovne lo anunció en la conferencia de prensa de este lunes, pero el detalle es que no lo habló antes con las provincias a las que ahora les tiran el fardo. Sí se había manifestado la intención de negociar el retiro de los subsidios, pero al final la decisión fue unilateral: gobernadores e intendentes se enteraron de la novedad por TV.

Además de la incertidumbre sobre la fecha del retiro de los subsidios, tampoco hay precisiones sobre si se quitará el total o parte. Más abajo se explica que para tocar algunos ítems se requiere la intervención del Congreso.

Rosario tiene un sistema de transporte urbano más grande que el de muchas provincias. El ajuste, si es total como pretende el gobierno, alcanza los 960 millones de pesos anuales, unos 80 millones mensuales en promedio.

Golpazo al bolsillo

Para cuantificar la magnitud de esa medida: el boleto urbano de Rosario debería aumentar 8 pesos de un saque. Ese es el importe que subsidia Nación por cada pasajero, según la directora de Movilidad Urbana Mónica Alvarado.

En la provincia, Pablo Jukic, director de Transporte, explicó que si se retirase todo el subsidio, los pasajes deberían aumentar 70%.

Obviamente que eso no pasará y que provincias y municipios deberán ingeniárselas para encontrar fuentes de financiamiento. El escenario es el peor: caída de recaudación y de actividad, hiperdevaluación e inflación por las nubes. Además, las tarifas de colectivos vinieron aumentando sostenidamente en los dos últimos años.

En Rosario el transporte urbano ya cuenta con subsidios locales, algunos que salen directamente del presupuesto local y el Fondo Compensador.

Juego semántico

Al igual que con el Fondo Sojero el gobierno nacional usa una trampa semántica para presentar estos impactantes recortes. Ni con la soja ni con los subsidios del Transporte (tampoco con la tarifa social eléctrica, que es otro capítulo de la misma saga) se trata de una transferencia o traspaso, porque en realidad es dinero que la Nación se lo queda. No traspasa otra cosa que el problema, la responsabilidad de salir a apagar el incendio. En el caso de la soja es peor aún, porque el impuesto lo seguirá recaudando (en realidad ahora incrementa esos ingresos y lo que cambia es que no los distribuye más con las provincias).

El lunes a la noche reinaba el desconcierto entre funcionarios provinciales y de Rosario. Ninguno de los dos gobiernos fue consultado por la medida que anunció Dujovne. Jukic, por ejemplo, que este martes tenía agendadas reuniones en Buenos Aires, decidió “pasar por la Secretaría de Transporte de la Nación a ver si nos dicen algo”.

La negociación que no fue

La quita de subsidios figuró en el menú que el gobierno nacional les ofreció a los gobernadores, junto con la quita del fondo sojero, una menor coparticipación del IVA, entre otros ítems como para que vayan viendo. Pero todo pensando en la negociación del Presupuesto 2019. Al desbarrancar la crisis cambiaria y financiera, sorprendió con un decreto de necesidad y urgencia y manoteó los casi 36 mil millones anuales del fondo sojero. Y ahora dio por sentada la quita de subsidios.

Radiografía de los subsidios

De los casi 3.000 millones de pesos anuales de subsidios que llegan a Santa Fe, 40% es para ómnibus interurbanos (755 unidades) y 60% es para urbanos (803 colectivos en Rosario, 251 en Santa Fe y 57 entre Rafaela, Venado Tuerto, Reconquista y otras localidades).

Esencialmente son dos grandes vías por las que llegan esos fondos.

Por un lado, unos 2.400 millones de pesos compuestos por las Compensaciones Complementarias Provinciales (1.920 millones) y los fondos del impuesto a los combustibles líquidos (480 millones).

Por otro lado, llega algo más de 500 millones de subsidio al gasoil, dinero que va directamente a las empresas, a razón de 9 pesos por litro que consumen.

Sobre estos últimos 500 millones hay un dato clave: son fondos creados por ley, por lo que requiere intervención del Congreso si se lo quiere modificar.

Desde ya que los anuncios de Dujovne no tranquilizaron a nadie. Además de la incertidumbre sobre la quita será total o parcial y si efectivamente es para 2019 como parece, funcionarios provinciales y municipales saben que lo que hoy se anuncia no es garantía de nada. Desde el acuerdo con el FMI que a menos de 3 meses tiene que ser renegociado hasta el Fondo Sojero, que como se dijo más arriba iba a desaparecer en 2019 y por necesidades financieras lo borraron de un plumazo en agosto.