Por Osvaldo Papaleo

Frente a la crisis que se abate sobre la Argentina el Gobierno YA NO PUEDE DISIMULAR.

El recurso de difundir la pavada de la reducción de choferes y de nafta que utilizan los funcionarios es de una ramplonería sin igual.

Nadie serio puede imaginar que la situación del país se solucione así.

De lo que se trata es de desarrollar e implementar un proyecto nacional y no de porotear choferes o ahorros minúsculos en la nafta destinada a unos pocos autos.

Estamos en un momento en que ya ni los medios funcionan como antes porque ya no son todos uniformes.

Luis Majul, en una declaración de tono revolucionario, se preguntaba el otro día por qué no se tocan las retenciones.

Tengo también la sensación que la gente está más despierta de lo que suponemos.

Ya no alcanza con echarle la culpa de lo del viernes a Echarri.

Eso es para la gilada.

El personal de Clarín y La Nación sacó un comunicado criticando a los dos diarios por no poner en la primera página la movilización del otro día.

Lo que no había ocurrido nunca empieza a ocurrir.

La gente se da cuenta de que le están tapando la realidad

La Iglesia también habla pero ellos no escuchan.

También se equivocan al no convocar al gremialismo en serio.

No conversar con los sectores sindicales es un suicidio del Gobierno.

Estamos frente a tipos que conducen el país con mucha insolvencia intelectual.

Esto agrava la situación y genera contradicciones también entre ellos.

Cuando Vidal salió a decir que quiere controlar a los supermercados ya que son generadores de precios, Francisco Cabrera, el ministro de Producción, casi la quiere matar.

Por otro lado la candidatura de Miguel Angel Broda ya está en camino. Cuando le preguntaron -¿Cómo le encontró a Dujovne?, la respuesta fue “Tranquilo y contento”.

Lo mandó abajo del tren.

No es pueden sentar a decir cómo repartimos esta crisis.

Llegó para el Gobierno el momento de tener que rendir cuentas

Hay una pregunta elemental que es dónde están los 120.000 millones del blanqueo o los 100.000 millones de los jubilados.

Los 120.000 del blanqueo con el consiguiente perjuicio para la AFIP es un robo a mano armada a la sociedad y ello sin considerar lo que dejaron afuera

La paradoja es que sea el FMI quien se encargue de aclarar esas cuentas de ellos o que lo pregunte Lagarde cuando venga.

Es posible que cuando hagan las cuentas terminen tocando las retenciones.

Porque 200.000 millones no se juntan con los autos, los choferes o los empleados públicos y la AUH es algo ya incorporado y si la tocan habrá un incendio.

Se trata de ver de dónde sale el dinero si no es afectando a quienes lo tienen: el sector financiero, el minero y el campo, los sectores que se han beneficiado con las políticas de estos dos años y medio.