Por Marcelo Chibotta

El discurso del “último año de mandato” de Mauricio Macri, mostró a un jefe de Estado que no sorprendió.

Dadas las referencias tomadas de sus exposiciones ante el Congreso (el primero de ellos cuando asumió y los restantes cuatro al abrir las sesiones ordinarias del mismo), se puede observar coherencia, año a año, en la irrenunciable apelación a las generalidades y al ofrecimiento de datos sesgados que enfrentan sus manifestaciones de deseo de mejoría en la calidad de vida de los argentinos con la realidad que las contradice.

Mientras en sus discursos el presidente buscó justificar su accionar “a favor de todos los argentinos”, el sector financiero, de producción de gas, electricidad y luz, como así también el agrícola-ganadero, se constituyeron en los únicos y casi exclusivos ganadores del modelo impuesto por su gobierno.

En el campo de los derrotados, figuran los trabajadores que enfrentan despidos y la baja en la calidad de sus condiciones laborales, como así también los comerciantes, pequeños productores, la industria manufacturera y de la construcción, entre muchas otras.

En tal sentido, la exposición ante el Congreso de su “último año de mandato”, Macri dejó afirmaciones que contrastadas con los datos ciertos dejan ver el coherente enfrentamiento entre la retórica presidencial y los datos de la realidad.

Después de que la inflación de 2016, 2017 y 2018 fueran del 40,9 %, 25,8 % y 47,6 % respectivamente, el presidente se las arregló para apuntar cifras aparentemente positivas, pero que están lejos de la realidad.

Así, aludió a las políticas gradualistas aplicadas en la primera etapa de su mandato: “Aumentaron la inversión y las exportaciones, bajó la pobreza y creamos 700 mil puestos de trabajo, justo cuando empezábamos a crecer”.

Todo ello cuando la inversión de 2018 cayó 5,6 % (el nivel más bajo desde 2009), cuando la pobreza alcanzó el 33,6 % (la más alta de la década según la UCA) y cuando cayeron 80.463 puestos de trabajo en el bienio 2016-2018 (según datos de la Universidad de Avellaneda).

La narrativa presidencial tuvo la misma lógica que en sus habituales discursos: ofrecer datos de situaciones particulares con pretensiones de que éstos sean entendidos como si describieran la generalidad o la realidad completa.

Otro rasgo de coherencia en el relato expuesto frente a los congresales, puede observarse al momento de adjudicar responsabilidades y culpas: nunca son de las medidas adoptadas por el gobierno y siempre por la reiterada “herencia recibida”, por las “tormentas” externas o por la novedosa justificación de los últimos tiempos señalada como “la causa de los cuadernos”.

Además, en el marco del autoelogio permanente, con pátina de republicanismo y de preocupación “por los más pobres”, Mauricio Macri no ha dejado hilachas discursivas en la mayoría de los casos, más allá de sus notables dificultades a la hora de leer.

En ese sentido, ha sabido recoger la aprobación acrítica de sus partidarios (en el último discurso lo aplaudieron 50 veces) y ha hecho dudar a más de un opositor sobre si sus intenciones de buscar la «justicia social» no son verdaderamente ciertas.

Todo en medio de la caída casi permanente de las variables socioeconómicas obtenidas de la casi totalidad de medidas que promovieron la transferencia de fondos de los sectores populares a los más altos.

A modo de síntesis, dejamos a continuación algunas de sus afirmaciones en cada una de sus intervenciones ante diputados y senadores, ya sea en el discurso de asunción, como en los cuatro en los que le tocó abrir las sesiones ordinarias del Congreso.

«Todo queda guardado en la memoria», dice León Gieco:

Discurso de inauguración del mandato ante la Asamblea Legislativa – 10 de diciembre de 2015

–  Este gobierno que iniciamos hoy, va trabajar incansablemente durante los próximos cuatro años para que todos los argentinos, especialmente aquellos que más lo necesitan, al terminar estén viviendo mejor.

– Quiero decirles que voy a seguir siendo el mismo.

– Para mí, la política no es una competencia entre dirigentes para ver quien tiene el ego más grande, es el trabajo entre dirigentes modernos que trabajan en equipo para servir a los demás.

–  La política no es el campo, el escenario en el que algunos líderes mienten para engañar a la gente y al mundo con datos falsos.

– Asumimos el gobierno con tres ideas centrales: pobreza cero, derrotar al narcotráfico y unir a los argentinos.

– Hablar de pobreza cero es hablar de un horizonte, de lo que le da sentido a nuestras acciones.

– El estado va a estar adonde sea necesario, para todos los argentinos en especial para los que menos tienen.

– Se viene un tiempo nuevo, con más justicia social.

– Podemos pensar de distintas formas, pero la ley debe ser respetada, una cosa es tener distintas visiones, ideas y propuestas, otra es avasallar las instituciones con proyectos personalistas o hacer uso del poder en beneficio propio.

– Los bienes de la Argentina son para todos los argentinos, y no para el uso incorrecto de los funcionarios.

– Vamos a darle prestigio y valor a la vocación docente, más protagonismo a quienes elijan dedicarse a ella.

– Esconder y mentir sobre la realidad es una práctica que nos ha hecho mucho, mucho daño.

– Siempre voy a ser sincero con ustedes, creo que es la base de la confianza que me tienen.

Apertura del 134° Período de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional – 1° de marzo de 2016

– Hace una década que Argentina es uno de los países de mayor inflación del mundo, con un promedio anual arriba del 20 %.

– La causa principal de esta inflación fue la utilización del Banco Central para financiar el gasto público y atender los servicios de la deuda, tanto emitiendo pesos como usando sus reservas.

– Encontramos un Estado cuyo déficit es uno de los mayores de la historia de nuestro país, 7 % del PBI mientras vivíamos un momento de mayor presión tributaria de la historia.

– Hace 13 años, el presidente Néstor Kirchner habló de la importancia de los superávits gemelos, especialmente del superávit fiscal, eso después fue dejado de lado.

– Nos encontramos con una delicada situación fiscal, una de las peores de las últimas décadas, por la irresponsabilidad y la incompetencia de la última gestión, va a llevar un tiempo ordenarlo, pero estamos comprometidos a hacerlo.

– La corrupción mata como lo demostró Cromagnon, la tragedia de Once y las rutas de la muerte.

– Mi obsesión va a ser más y mejor trabajo y menos inflación

– La inflación existe porque el gobierno anterior la promovió porque creía que era una herramienta válida de la política económica, pero estamos convencidos de que la inflación va a ir bajando hacia el final del año

– Queremos mejorar la competencia y el funcionamiento del mercado para que nadie abuse de su posición dominante y especule contra el consumidor.

– No seremos tolerantes con aquellas empresas que se quieran poner por encima de la justicia. No vamos a tener la arbitrariedad ni seremos matones como algunos han sido, pero fortaleceremos la defensa de la competencia, los controles ambientales y combatiremos la evasión impositiva y previsional.

– Aumentamos el 160 % del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, para que dejen de pagar quienes no corresponde que lo hagan.

– Hemos lanzado el plan Belgrano. El objetivo es llevar desarrollo y trabajo a los que viven en las provincias del norte

– Para cuidar a los que menos tienen, vamos a proponer la devolución del IVA para los productos de la canasta básica alimentaria.

– Me comprometo a trabajar para que al final de la gestión, todos los niños reciban un ingreso universal a la niñez.

Apertura del 135° Período de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional – 1° de marzo de 2017

– Superamos lo más difícil de esta transición y el país está cambiando, Argentina se está poniendo de pie.

– Aparecen las señales de mejora en la economía el 2017 estoy seguro va a ser un mejor año que el anterior, y más importante aún, lo mismo pasará en 2018 y 2019 porque estamos sentando bases sólidas y duraderas.

– Nuestro desafío más grande es sacar a millones de argentinos de la pobreza, para hacerlo necesitamos más acuerdos  y más realidades, menos exaltación y menos símbolos, menos relato y más verdad.

– Hablar con la verdad es comunicar las cifras, las reales.

– Mi principal preocupación y prioridad es reducir la pobreza. Y como ya lo he dicho muchas veces, espero que nuestro gobierno, mi gobierno, se evalúe por el éxito que tengamos en este objetivo.

– No podemos permitir que en un país como el nuestro haya 12 millones de argentinos viviendo en villas y barrios precarios, sin agua ni servicios básicos.

– Estamos terminando obras de agua y cloacas en más de 100 localidades de las más vulnerables, la mayoría en el territorio del Plan Belgrano, como es el caso de la comunidad “Wichi Asunción”, en Salta, donde para fin de año 650 familias tendrán por primera vez agua potable.

– Recibimos el país donde sólo el 41% de los argentinos tenía cloacas. Al fin de estos cuatro años el 75% las tendrán y el 100 por 100 en las zonas urbanas tendrán agua potable.

– Estamos trabajando para que cada vez más jóvenes puedan llegar a la universidad y recibirse. Las universidades públicas tienen un rol fundamental. Por eso aumentamos su presupuesto y las articulamos con los demás sistemas educativos y el científico.

– Hace un año prometimos que, continuando un programa del anterior gobierno, en cuatro años hasta el pueblito más alejado iba a estar conectado a Internet.

-En 2017 la economía va a crecer. Estamos trabajando en las cuestiones de fondo para que sea el comienzo de un período de crecimiento sostenido, año a año.

– La inflación es tóxica. Destruye el salario de los trabajadores, dificulta ahorrar, paraliza la inversión y nos impide mirar a largo plazo.

– La tendencia es clara. Empresarios y trabajadores deberían tener en cuenta las nuevas metas que se ha impuesto el Banco Central para el 2017 de una inflación entre el 12% y el 17%.

– El Banco Central se fijó un objetivo para 2019 de una inflación de menos del 5%. Sabemos que eso es posible con un Banco Central independiente. La experiencia muestra que los países que bajaron su inflación crecieron muchísimo más al conseguirlo.

– Entre 2015 y 2016 redujimos el déficit fiscal del 5,2% al 4,6% del PBI. Después de años de manipulación, sancionamos un presupuesto calculado sobre números reales. Para 2017, nos comprometimos a cumplir con la meta de 4,2% de déficit, y las metas del 2018 y 2019 son de 3,2% y 2,2%.

– Estamos implementando el Plan Nacional de Transporte más ambicioso de la historia, que va a mejorar la seguridad de todos los argentinos y generar decenas de miles de puestos de trabajo.

– Después de una década de despilfarro y corrupción, empezamos a normalizar el sector energético para que las familias, los comercios y las fábricas tengan energía cuando la necesitan.

– Los beneficios de la integración van más allá de lo económico. Queremos que nuestras empresas se inserten en las cadenas globales de valor y que la inversión extranjera genere empleo en la Argentina.

– El año pasado les dije que lo que hacía sentido a mi presidencia es trabajar para lograr la felicidad de todos los argentinos y cuidar a aquellos que sufren hace años la decepción del Estado.

– Por primera vez en años, hay un gobierno que quiere cuidar a todos los argentinos, especialmente a aquellos que están preocupados por la inseguridad, por su futuro y el de sus hijos; y eso no les permite tomar contacto con lo más importante que tenemos en nuestras vidas: nuestros afectos.

– La Argentina ya está creciendo y en base a políticas sólidas, sostenibles en el tiempo, sin atajos y sin mentiras. Basta de que nos regalen el presente para robarnos el futuro. Con la verdad.

– No nos demos por vencidos, ratifiquemos nuestra convicción por el cambio, no escuchemos las voces de aquellos que nos quieren desanimar, que nunca quisieron el cambio, y que ni siquiera hacen autocrítica de lo que han hecho en el pasado.

Apertura del 136° Período de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional – 1° de marzo de 2018

– Antes de empezar, quiero homenajear a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan que entregaron su vida cumpliendo su deber. Estamos con los familiares, y quiero reiterarles que seguiremos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para encontrarlos.

– Lo peor ya pasó y ahora vienen los años en que vamos a crecer.

– No vine a hacer lo que me conviene a mí o a mi Gobierno.

– Estoy acá porque realmente quiero que cada uno de ustedes sienta que su vida mejora, que tengan esa oportunidad concreta que antes no tenían, que cada uno pueda ver cómo su vida va avanzando.

– Tenemos metas para bajar la inflación, para reducir el déficit fiscal. Y como las vamos a cumplir, vamos a dejar de endeudarnos y se van a multiplicar las inversiones en un país confiable.

– Después de décadas de desorden, llegó el momento de ser serios con el equilibrio fiscal. Es la plata de los argentinos y administrarla con responsabilidad es nuestra obligación.

– Estamos viviendo un boom de crédito hipotecario. 2017 fue el año, casi en 20, con más créditos. Decenas de miles de familias compraron sus casas con cuotas más bajas que el alquiler que pagaban, y 3 millones de familias tomaron créditos en el Anses para hacer refacciones o conectarse a las redes de cloaca y agua.

– La inflación del 2017 fue menor a la del 2016. La de este año va a ser aún menor, y la del año que viene, aún menor a la de 2018.

– Durante estos dos años avanzamos mucho. Juntos logramos acuerdos que generan empleo y llevan oportunidades nuevas a nuevas partes del país. Gracias a esto, la desocupación está bajando y el total de trabajadores registrados aumentó en casi 270 mil.

– Tenemos que trabajar por la igualdad educativa para que todos los chicos, especialmente los más vulnerables, puedan acceder a una educación de calidad.

– Los argentinos tenemos todo para crecer, depende de nosotros y de nadie más. Estoy convencido de que vamos a hacerlo.

– Ya sobrepasamos la cantidad de personas empleadas en 2015. Y los salarios le ganaron a la inflación.

– La construcción es uno de los sectores que más está creciendo. Hay cada vez más obras en rutas, más calles asfaltadas, más casas en construcción.

– Nos dimos cuenta de que no sirve seguir culpando a otros de lo que nos pasa. Que crecer depende de nosotros y de nuestra capacidad de sentarnos a dialogar en una mesa, sin patoterismos ni extorsiones.

– Si pudimos avanzar en todas estas cosas; si pudimos sentarnos a dialogar; si pudimos evitar una crisis que se venía encima; si pudimos generar trabajo y empezar a reducir la pobreza; si pudimos asfaltar barrios enteros que estaban sumergidos en el barro; si pudimos pasar del aislamiento a la integración con el mundo; imaginemos la cosas que vamos a poder en el futuro!.

– Hace un año, en este recinto, les dije que teníamos que construir las bases para que la Argentina pudiera crecer 20 años en forma consecutiva, que así derrotaríamos la pobreza y fortaleceríamos la clase media. Haciendo lo que había que hacer, y eso es lo que hicimos. Ese crecimiento invisible sucedió, es como cuando empezamos un edificio: en el comienzo no se ve lo que estamos haciendo, no se ven las estructuras que estamos poniendo, los pilotes, volcando el hormigón. Pero esa base existe, está y sobre ella se construye el resto.

Apertura del 137° Período de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional – 1° de marzo de 2019

– Decidimos dejar de patear los problemas para adelante para empezar a mirar la realidad de frente. Entendimos que el país depende de nosotros y de nadie más.

– ¿Cuántas veces en nuestra historia elegimos el camino del atajo? ¿Cuántas? Y, ¿siempre terminamos pagando las consecuencias?

– No hablo sólo de la herencia recibida. Hablo de algo más profundo: de la imposibilidad que tuvimos los argentinos durante décadas de hacernos cargo de nosotros mismos.

– Y hablando de dificultades, el año pasado nos puso a prueba en muchos sentidos: cuando estábamos empezando a crecer y ver resultados concretos, asomando la cabeza, cambiaron las condiciones y surgieron nuevos desafíos que tuvimos que enfrentar. Todavía estábamos frágiles.

– En ese camino estamos. Juntos estamos construyendo los cimientos más profundos. Con obras que empiezan y terminan, que valen lo que cuestan; con rutas y autopistas más seguras; con trenes, puertos y aeropuertos que conectan al país; con conectividad en hogares, escuelas y municipios donde antes no llegaba Internet; con debates que nunca habíamos dado como sociedad y que muestran que los argentinos maduramos.

– Los cambios profundos requieren paciencia. Muchos van a pensar “pero yo estoy peor que hace unos años”, o “todo me cuesta más”. Y, algunos me van a recordar que el año pasado, aquí, dije que lo peor ya pasó. Y tienen razón.

– Cuando les hablo de los resultados que ya se pueden ver, hablo de un cambio profundo en el ejercicio del poder, que es la base para vivir en un país serio.

– El Decreto de Necesidad y Urgencia de Extinción de Dominio es un reflejo de la postura clara que los argentinos tomamos: queremos recuperar los bienes de las mafias, el narcotráfico y la corrupción.

– Se está acabando la impunidad y en este sentido estamos mejor que en el 2015.

– Avanzamos en la lucha contra el narcotráfico, en modernizar el Estado, en darle impulso al turismo, en la conexión a Internet; hicimos obras para mejorar la seguridad vial y logramos la creación de parques nacionales.

– Propusimos un camino gradual que fue exitoso durante dos años y medio: creció la economía, bajó la inflación, aumentaron la inversión y las exportaciones, bajó la pobreza y creamos 700 mil puestos de trabajo.

– Cuando empezábamos a crecer y a asomar la cabeza como país, tuvimos tres shocks imprevistos: la salida de capitales de mercados emergentes, la sequía que afectó como nunca en 50 años al campo argentino, y la causa de los cuadernos.

– Señores, los gritos, los insultos, no hablan de mí, hablan de ustedes, señores. Yo estoy acá por el voto de la gente. Yo estoy acá por el voto de la gente, señores.

– Estoy convencido, realmente convencido, de que lograr un equilibrio fiscal sin parches en los presupuestos del 2020 y 2021 será el hecho, el acto de justicia social más importante que hayamos hecho en 70 años, porque el déficit fiscal es el causal principal de la inflación, y la inflación es el causante de la pobreza y el estancamiento de este país.

– Desde el primer momento, les dije que mi objetivo era reducir la pobreza. Y, les pedí que mi mandato fuese evaluado según cómo avanzamos en el cumplimiento de este objetivo.

– Es cierto que la pobreza está volviendo a los niveles de antes, pero poco a poco estamos generando las condiciones para que cada argentino, no importa el lugar donde haya nacido, pueda proyectar su camino de vida sin sentirse maltratado, ni sometido, ni negado.

– Necesitamos más fábricas que produzcan, más pymes que contraten más empleados y se transformen en grandes empresas.

– Necesitamos productores que exporten por primera vez, emprendedores que lleguen con sus productos a mercados que jamás habrían imaginado. Todo eso genera más trabajo.

– En estos tres años logramos avances inéditos. Para poner algunos ejemplos, hicimos una renovación integral de la línea Belgrano Cargas, algo que no se hacía hace 70 años, y gracias a esto cerramos 2018 con un 147 por ciento más de toneladas transportadas que en 2015. Además, estamos renovando 67 puentes. Entre el 2008 y el 2015 se renovaron sólo 2 puentes. Y, después de tanta desatención, nuestros trenes vuelven a tener un rol central en nuestro desarrollo.

– Detrás de algo que parece tan simple, como lo es tener la licencia de conducir en el celular, hay una profunda transformación del Estado.

– Venezuela está en una profunda crisis política, económica, humanitaria y sanitaria, que sólo se resolverá con más democracia y con el apoyo de los países comprometidos con el pueblo venezolano.

– En 2015 también se negociaba la impunidad con el régimen iraní sobre las heridas abiertas de los atentados terroristas más graves de nuestra historia.

– Se construían enemigos ficticios, apelando a un nacionalismo cobarde que evitaba hacerse cargo de los problemas domésticos. Se profundizaba nuestro aislamiento y el mundo nos daba la espalda.

– Veo una Argentina creciendo, despertándose, con ganas de hacer, una Argentina que se sabe capaz y que toma iniciativas, que vuelve a ser parte del mundo y que es recibida como un ser querido que vuelve después de un largo viaje

– Los argentinos estamos mejor parados que hace tres años. Empezamos por lo básico, creamos los cimientos, generamos las condiciones y estamos listos para avanzar

¡Vamos, argentinos! ¡Vamos con fuerza, vamos en serio, vamos con coraje, vamos con pasión! Este es nuestro país y juntos lo vamos a sacar adelante. ¡Vamos, Argentina! ¡Vamos, Argentina!