Los globalistas representados por los republicanos anti-Rusia, demócratas anti-Rusia con alianza de la CIA, FBI, NSA y medios de comunicación como CNN, New York Times y Washington Post están asustados por el declive del orden liberal impuesto a través de sus guerras y su sistema financiero especulativo. El mundo está girando hacia la tripolaridad China/Rusia/EE.UU. con el reparto de esferas de influencia por bloques y regiones.

No obstante, los globalistas buscan romper en definitiva la buena relación de Trump y Putin que están deshaciéndose del sistema financiero/banquero/globalista impuesto por Wall Street y la City de Londres, cuyo interés es la destrucción de los Estados-Nación alrededor del mundo. Es demasiada su preocupación que el investigador Hal Brands, Profesor de Asuntos Globales en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, describe que:

“A largo plazo, China representa la mayor amenaza para los intereses estadounidenses, como resultado de su gran potencial económico y militar. Sin embargo, en el corto plazo, Vladimir Putin ha demostrado ser el actor más peligroso y perturbador».

La gran pregunta es si China ha estado en una perpetua guerra como los neoconservadores de los gobiernos de Bush y Obama que siguen pensando que están en la Guerra Fría. Por otro lado, el desprecio por Rusia es abismal. El Estado Profundo (Deep State) piensa que se enfrenta a la Unión Soviética y que actualmente Rusia es una amenaza a la seguridad internacional como lo esclarece la estrategia de seguridad nacional de EE.UU. de 2017.

Es así que las sanciones económicas a Rusia por el caso Skripal son políticas dirigidas por el complejo militar-industrial de EE.UU. que odian a Rusia y desean una guerra. Pero en realidad resultan sus últimos aullidos al ver que Trump quiere llevarse bien con Rusia y no la ve como una amenaza, sino como un competidor.

El Estado profundo quiere destruir el acuerdo secreto de Putin y Trump de acabar de una vez con la guerra en Siria[4].Además, odian a Trump porque está teniendo buenas relaciones diplomáticas con el gobierno de Corea del Norte y también tiene la intención de quitarle poder a Wall Street con la implementación de la ley Glass-Steagal que permitiría a los megabancos JP Morgan Chase, Citigroup, Morgan Stanley y otros dividirse en dos brazos. Uno de inversión y otro comercial para que el gobierno no tenga responsabilidad de pagar las pérdidas acumuladas a través de la actividad especulativa y que sean recaudadas por el pueblo estadounidense.

Por otro lado, la reciente censura de la web infowars de Alex Jones coordinada por Apple, Google, Spotify y YouTube es solo una de las estrategias que está realizando los Globalistas (Estado Profundo) para que fuentes alternativas no puedan difundir otra forma de entender los eventos políticos en EE.UU..

Sin dejar de lado que el poder de los Globalistas es superior al poder judicial, legislativo y ejecutivo en EE.UU. como lo manifiesta Kevin Shipp, exagente de la CIA, al referirse que en EE.UU. existe dos sistemas cooperativos que son el gobierno oculto (Shadow Government) y Estado Profundo (Deep State) que a lo largo de la historia del siglo veinte y veintiuno dominan la política interna y externa de los EE.UU.. Shipp califica a la CIA como una parte del gobierno oculto que tiene alianzas con varios medios de comunicación estadounidenses para manipular los acontecimientos políticos nacionales y mundiales a su conveniencia. Es tanto su poder que gracias a la confesión de William Blum que dijo:

“Cuando recibí mi informe como miembro del personal del Subcomité de Apropiaciones para la Defensa de la Cámara, requería una autorización secreta, los altos cargos del personal me dijeron que el Washington Post era un activo de la CIA”.

Actualmente, Trump se encuentra en una lucha infernal con parte de los poderes mediáticos en EE.UU. como el Washington Post, New York Times, CNN, Google, Facebook y Twitter que buscan derrocarlo ,por lo cual, Trump amenaza que si los republicanos pierden las elecciones en noviembre podría ocurrir una guerra civil en EE.UU. porque desde su perspectiva, si pierden la cámara de representantes y el senado. El juicio político contra él es inminente y en efecto su destitución del cargo de presidente de los EE.UU.

Sin duda todo lo que está pasando no es casualidad. El Estado profundo y gobierno en la sombra quieren seguir con sus planes de derrocar diferentes gobiernos como Irán, Siria, Turquía, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Pero Trump no tiene en su agenda estos derrocamientos, en realidad, tiene una agenda conjunta con Macron que es un caballo de la banca Rothschild cuyo objetivo es balcanizar y debilitar a Europa. Y recomponer el mundo en varias regiones de poderes económicos o zonas económicas.

El sistema internacional se encuentra en gran tensión, los poderes se están repartiendo y jugando las últimas cartas para derrotar a los Globalistas y que se imponga progresivamente un nuevo orden mundial dejando de lado el falso orden liberal que no está siendo amenazado por Rusia y China, sino, por los propios creadores del modelo al resistirse al cambio del poder global.

Finalmente, se debe replantearse un nuevo modelo Bretton Woods para menguar los daños económicos que provocaría un pronto colapso económico mundial aproximadamente para el 2019.Las cartas están sobre la mesa solo es cuestión de que EE.UU., China, Rusia e India lleguen acuerdos económicos y destruyan progresivamente el modelo banquero/financiero/globalista.

Fuente: Geopolitica.ru