Por Jorge Ripani*

Macri realizó un acto de apoyo a un policía procesado porque habría dado muerte a un presunto delincuente por la espalda. Analizamos los aspectos jurídicos y políticos del caso. No le podemos llamar “Chocobar” a secas porque nos remite a un conocido precedente en materia de jubilaciones. Por eso “Chocobar s/homicidio”.

En él se devela una muerte que ocurrió el 8 de diciembre pasado, cuando el policía Chocobar vestido de civil, habría visto cómo dos hombres apuñalaban a un turista norteamericano. Los agresores cuando el efectivo les habría dado la voz de alto, comenzaron a correr. Chocobar habría disparado dos tiros contra uno de los ladrones de 18 años. Uno le impactó en una pierna y le rompió el fémur. El otro, fatal, le alcanzó el colon, el hígado y el intestino delgado. El peritaje determinó que ese balazo fue por la espalda, y eso fue lo que determinó la suerte judicial del policía, quien sostuvo que el presunto ladrón, mientras corría, se dio vuelta amagando con sacar un arma, y que él actuó en legítima defensa. Fue procesado y embargarlo en 400 mil pesos contra el acusado, al considerar que hubo «excesos» en la legítima defensa. Hasta aquí lo que informa Página 12. Según trascendió en los medios, la foja de servicios de Chocobar es intachable.

Desde la otra campana la madre del mayor de edad muerto acusó a Chocobar de “asesino”. Asevera que el hijo «pagó con su vida por algo que no hizo» y que «no era delincuente».

Macri realizó un acto del cual no memoramos ejemplos similares desde el regreso de la democracia. Recibió al policía procesado y embargado judicialmente en un expediente caratulado como “homicidio”. El homenajeado llegó a la Casa Rosada vestido de policía, posó para una foto con el presidente de la Nación, este le reconoció su «valentía» y en la red social escribió: «Quería ofrecerle todo mi apoyo, decirle que lo acompañamos y que confiamos en que la Justicia en otra instancia lo liberará de todo cargo, reconociendo su valentía». Asimismo el poder ejecutivo pagará abogados al policía con fondos argentinos.

La Constitución Nacional vigente de corte liberal (por reflejar en su texto la de 1853/60 con la reforma neoliberal de 1994 y no la de 1949) diseña tres órganos: el Legislativo (art. 44), el Ejecutivo (art. 87) y el Judicial (art. 108). Como principio esencial establece la división de poderes. Tan es así que Martín Kriele llega a escribir que “en el Estado constitucional no hay soberano, sólo donde no hay soberano puede haber Derechos Humanos como derechos y no como tolerancias”.

Por un lado se critica al presidente por violar la independencia de poderes. Jurídicamente esto no es así porque la decisión última sobre el caso la va a tomar el poder judicial. A esto puede contestarse que los jueces se podrían sentir presionados por eventuales denuncias en el Consejo de la Magistratura pero debemos tener presente que como dice Néstor Sagüés “La independencia funcional de estos poderes es relativa”. Si el partido político del presidente tiene la mayoría necesaria en el Consejo de la Magistratura porque el pueblo así lo quiere, está habilitado legalmente.

Por otro lado se lo critica con el argumento de que “es el presidente de todos, si ayuda al policía, debería hacerlo también con la familia de la víctima”. Esto tampoco tan así porque por una parte el Estado paga los fiscales que se encargan de la acusación contra el procesado y por otra cuenta con facultades discrecionales para auxiliar a “partes”. Generalmente las llamadas “minorías”. Por dar un ejemplo, nadie discute la facultad de crear programas de asistencia legal a las víctimas de violencia de género porque con la misma tesis podrían inclinar la balanza contra el “acusado” que también posee Derechos Humanos. En tales casos creemos que se obra dentro del ordenamiento jurídico.

Desde nuestra óptica la arriesgada jugada del presidente es política. Por tres factores: 1. Observa que una parcela mayoritaria de la opinión pública está cansada de los hechos de inseguridad que quedan impunes y actúa en consecuencia. Posiblemente él es parte de esta opinión y hay una decisión política de “cuidar a los que nos cuidan”. 2. Maquiavelo asegura que “los hombres son tan simples, y se sujetan en tanto grado a la necesidad, que el que engaña con arte halla siempre quien se deje engañar”. Es hacedero que en unas semanas difíciles de aumento del dólar y precios de servicios públicos, se intente generar un hecho que desvíe la atención hacia otro lado. Inclusive con la posibilidad de que algún opositor progresista “pise el palito” y se incinere en un debate televisivo. Cuestión que creemos, no ha ocurrido por ahora. El mismo efecto se pudo haber intentado con el decreto para reasignar familiares de funcionarios. 3. La víctima del presunto robo que impidió Chocobar es un ciudadano de los EEUU. Un país con el cual el presidente apuesta tener fluidas relaciones bilaterales.

La forma de lograr seguridad ciudadana es trabajando por la justicia social. Donald Trump cuando llegó al poder apoyó a las fuerzas de seguridad y con ello aumentaron los llamados “crímenes de odio” por motivos étnicos o religiosos de parte de la policía y de los particulares. Por eso la jugada de Macri es arriesgada. Aunque al parecer por las primeras impresiones, le ha salido bien.

* Abogado especializado en Derecho Político e Historia Constitucional / estudioripani@hotmail.com