La Batalla del Quebracho, también conocida como de Punta Quebracho o de la Angostura del Quebracho, fue uno de los combates más importantes de la historia argentina. Algunos autores hablan de la batalla de la “segunda independencia”. La misma marcó con fuego a la localidad que hoy conocemos como Puerto General San Martín.

Esta zona, que protagonizó varias de las gestas más importantes de la historia fundacional argentina, fue escenario, a mediados de la década del cuarenta del siglo XIX,  de la batalla definitiva de una campaña “sumergida” de nuestro pasado. Un episodio que, salvo en San Lorenzo y las localidades aledañas, casi no se recuerda ni se conmemora, y tampoco se cita.

Según afirman los historiadores, el problema radica en que la Batalla del Quebracho fue parte de la oscurecida y menospreciada “Guerra del Paraná”, que enfrentó a la Confederación Argentina con las dos potencias más importantes de aquella época, Francia e Inglaterra

La batalla es parte del amplio conflicto que se libró en el Paraná argentino, ante el avance de las grandes potencias por quebrar el proteccionismo de nuestro país, a pesar de las excusas de la época que daban cuenta que la intervención foránea era para garantizar el buen trato de los ciudadanos franceses y la intervención de Inglaterra, para “garantizar” la independencia del Uruguay.

La flota binacional avanzó sobre la protección que había improvisado la Confederación Argentina, venciendo la resistencia en el famoso combate de La Vuelta de Obligado, el 20 de Noviembre de 1845, fecha en la cual se conmemora gracias a esa lucha el Día de la Soberanía Nacional, y que estaba evocada hasta hace poco tiempo en el papel moneda argentino (en el dorso del billete de 20 pesos). A pesar de la fecha simbólica que esa batalla genera, es una clara derrota, ya que la flota anglo-francesa de casi 100 barcos mercantes, según algunas fuentes, y casi 20 barcos de guerra, avanzó por el Paraná y se dispuso a comercializar río arriba.

Punta Quebracho es lo que acontece con esa flota cuando los barcos europeos deciden volver de su empresa y salir del litoral argentino, unos meses después de Obligado, encontrándose con la resistencia organizada por Lucio N. Mansilla. En la lucha casi 800 hombres.

Luego de más de dos horas de incesante fuego argentino, destrozos de varios barcos, otros averiados, y entre treinta y sesenta muertos europeos dependiendo de las fuentes, la flota debió retirarse, sabiendo que la navegabilidad de toda la cuenca paranaense les estaría vedada de ahora en adelante.

Luego de complejas y dilatadas negociaciones, la fragata Southampton inglesa, a comienzos de 1850, navegó hacia el Río de la Plata, para retirar para siempre la bandera de su país de la Isla Martín García.


“Punta Quebracho, la venganza de Obligado”, una cita para revisar la historia a través del arte