Por Rosarito de Rappa

La frase es recurrente, la escucho en todas partes. Y la verdad me tienen harta las personas que dicen ¡A mí no me importa la política! Pero no porque me afecte directamente lo que piensan, cada uno es dueño de pensar lo que se le antoje.

Pero resulta que esas mismas personas son las que después ¡votan! Imagináte cómo van a votar si no les importa la política. Imagináte como van a votar si ¡no saben nada de política! Tal vez yo tampoco sepa mucho, pero al menos trato de aprender de los que saben y cuando tengo alguna duda, pregunto.

Bueno para que se vaya entendiendo a donde quiero llegar con esto. Te cuento, que el hecho que no te importe la política, igual te va a afectar. Tal vez me podrás decir que aunque te importe y te involucres también te va a afectar. Y es cierto. Las buenas o malas decisiones políticas nos afectan de la misma manera, sepamos o no, nos involucremos o no.

Pero es importante entender. Porque la política define tu vida, está en todas partes y nos va bien o mal no es porque somos genios o burros. Es porque están dadas las condiciones para que eso suceda, justamente porque existen políticas de Estado que generan esas condiciones, para que te vaya bien o mal.

Las políticas las definen quienes nos  gobierna, quienes elegimos el día que vamos a votar, por eso es importante saber y conocer de qué lado está uno y otro. Que los políticos prometen y después no cumplen, es cierto. Pero no es lo mismo, votar a un empresario que votar a un dirigente que tiene formación en la militancia.

Que los dos puedes resultar un fraude… también es cierto.

Entonces volvamos al momento de elegir ¿Sabés quien toma esas decisiones? Las personas que votamos, cuando vamos a votar. Claro, cuando estás ahí, en el cuarto oscuro y agarrás una boleta al azar, porque ¡es lo mismo, son todos iguales! Pensás, y cerrás los ojos y agarrás cualquiera, la pones en el sobre y la llevas  a la urna. Pero ahí estás definiendo tu futuro!!!

En ese preciso momento tenemos que reflexionar más que nunca. Y pensar ¿Cómo estoy ahora? ¿Cómo estaba antes? ¿Quiénes son las personas que voy a elegir? ¿De dónde vienen? ¿Qué intereses defienden? ¿Voy a seguir teniendo trabajo? ¿Me va a seguir alcanzando el sueldo?

No es fácil, seguro todos dudamos en ese momento. Porque  ¿en qué nos basamos para decidir? La información sobre estas personas que tenemos que elegir la recibimos a través de los medios de comunicación. Y ¿podemos estar seguros que es información real?

Algunos medios de comunicación tienen intereses económicos, y responden a ellos, quien más publicidad paga, mejor campaña  tiene. Los medios ocultan los puntos oscuros de las personas o empresas que pagan enormes sumas en publicidad. Cuentan sólo lo que les conviene a sus candidatos, tienen posturas parciales y responden a mandatos netamente económicos. Por supuesto que no todos son iguales. Y para poder  tomar una buena decisión tenemos que analizar toda la información y sacar nuestras propias conclusiones.

Por eso, analizar desde las cosas simples, desde la economía, desde lo que rinde el sueldo, lo que pagamos de impuestos, servicios, alimentos, si podemos seguir yendo de vacaciones, cambiar el auto. En fin, desde la calidad de vida.

Pensemos desde nuestro lugar,  como ciudadanos comunes que todos los días madrugamos para ir a trabajar, no tenemos que pensar empresarios, como el dueño de un banco. ¡Tenemos que defender nuestros intereses no los de ellos! Por supuesto que todos queremos estar mejor, pero para eso tenemos que defender lo nuestro desde el lugar en el que estamos hoy.

Y no creas todo lo que te prometen…los políticos nos mienten todo el tiempo, algunos no nos prometieron nada extraordinario pero hicieron mucho, otros nos prometieron demasiado y nos dejaron en la ruina…

Siempre “el hilo se corta por lo más delgado”, una frase tan conocida como cierta, y lo más delgado es el lugar donde estamos nosotros, los trabajadores, los más débiles. Los más débiles porque cada uno mira adonde quiere llegar y no defiende el lugar donde está hoy.

Débiles porque, en muchos casos lo decidimos de esa manera, porque no nos unimos, porque cada uno defiende su “quintita”.

Los trabajadores somos la base de la sociedad, somos los cimientos de un edificio y si los cimientos se mueven pueden hacer caer al edificio más alto.

La política es igual, si nos organizamos y aprendemos que la política define nuestra vida, la de nuestros hijos y todos los que vendrán,  deberíamos actuar con más conciencia a la hora de elegir a quienes conduzcan los destinos de la patria. Por eso cuando volvamos a votar….pensemos bien antes de elegir.