Por José Odisio

Perder tenía consecuencias. Eso estaba claro. Y la primera fue la renuncia de Lucas Bernardi, responsable directo del dislate futbolistico. Pero eso no fue todo, el malestar de los hinchas obliga a la dirigencia a replantear pasos a seguir frente a una crisis inevitable.

Buscar un DT es prioritario. Newell’s no puede estar con un interinato demasiado tiempo. Pero tampoco se puede traer por traer, esa fórmula ya trajo demasiados dolores de cabeza en el Parque.

No será fácil la tarea. El entrenador que llegue debe tener chapa para manejar un grupo que pide a gritos un líder que le marque un camino, recuperar una identidad. Y en ese sentido los nombres no abundan y la dirigencia deberá esforzarse como nunca. Y por una vez, no fallar.

También hay una crisis institucional. Lógica. Y por eso fueron convocadas todas las agrupaciones para charlar. ¿Cuál es la idea? ¿Consensuar una transición en paz hasta las elecciones? ¿Acordar el técnico entre todos? ¿Adelantar los comicios? Todo puede ser.

Pero lo más importante sería coincidir en un apoyo al que agarre este fierro caliente. Porque si no tiene la banca de todos, dirigentes, jugadores e hinchas, lo más probable es que se queme como sus antecesores.