Por José Odisio

Casi como sucede en cada receso la llegada de los refuerzos en el Parque se hace larga, y la ansiedad en los hinchas crece y hay cierto escepticismo sobre la calidad de los jugadores que vendrán.

Falta una semana para el inicio de la pretemporada y ni siquiera se vislumbra una negociación avanzada. Tal vez Sensini tenga alguna gestión que mantenga en hermetismo, pero por los nombres apuntados, es más probable que la demora esté relacionada con la dificultad de conseguir a jugadores económicamente tienen altas pretensiones.

Juan Manuel Insaurralde, Fabián Monzón, Fernando Belluschi y otros nombres sondeados del exterior que no trascendieron tienen un denominador en común: Contratos altos y en dólares. Y frente a ese panorama, las negociaciones serán largas y no tienen garantizado un final feliz.

Obviamente los refuerzos se necesitan. Pero Bernardi adoptó la política de apuntar alto y no «traer por traer» y entonces debe tener la paciencia que hoy no tienen los hinchas, que con toda razón desconfían de la calidad de los futbolistas que finalmente lleguen.

Tal vez para calmar las aguas antes de viajar a Mar del Plata aparezcan un par de refuerzos. Sería lógico y saludable. Pero la realidad es que enero va a ser un mes que pinta para largo. Para no perder la costumbre.

 

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