Por José Odisio

Diego Mateo será titular ante Lanús y los hinchas leprosos celebran su inclusión como si se tratara de la solución mágica a todos los males del equipo, algo que está muy lejos de la realidad. Es que a esta altura la gente se conforma con ver dentro de la cancha a un jugador que no negocie nunca su entrega y no le importa si afuera se quedan otros referentes que por jerarquía individual en otros momentos parecían titulares indiscutidos y necesarios.

Un claro ejemplo es Ignacio Scocco, quien dejará el equipo para que Lucas Bernardi pueda incluir a un Lucas Boyé que en los cuatro partidos que estuvo en cancha le permitió al equipo otra propuesta de juego en ofensiva que además estuvo acompañada de buenos resultados, lo que no es poco. Pero la salida de Nacho no sorprendió a nadie. No hubo clamores populares pidiendo por el oriundo de Hughes y más de un hinchas deslizó: «Está bien».

Algo similar hoy sucede con Maxi Rodríguez. Nadie puede dudar de la jerarquía de la Fiera como futbolista. Pero tampoco se puede pasar por alto que tuvo un año irregular, con actuaciones para el olvido y pocas veces apareció como el líder del equipo dentro de la cancha. Hoy a nadie le podría sorprender que Maxi vaya un partido al banco (sucedió con Defensa y Justicia) y tampoco suena ilógico que deje la cancha antes, a partir de rendimientos futbolísticos y físicos lejos de su realidad. El plus que tiene el delantero es su presencia en la red. En sus peores partidos Maxi puede sacar de la galera un gol (es el artillero leproso con 9 tantos) y a veces esa situación lo sostiene en cancha.

Y si Maxi y Nacho están devaluados, ni hablar del resto. Ustari y Coty Fernández ya están buscando club para 2016, Víctor López va por el mismo camino, Víctor Figueroa está más tiempo lesionado que disponible y Cáceres se sostiene entre los once porque fue el parche que encontró Bernardi para disimular la ausencia de un zaguero que no llegó.

Lo cierto es que hoy la Lepra se encuentra con la necesidad de refundarse dentro de la cancha y para ello necesitará sí o sí de algunos referentes. Será misión de Bernardi recuperar a Maxi y Nacho y porqué no, traer algún refuerzo que apuntale a los más jóvenes. Porque la entrega de Mateo tiene garantizada continuidad en 2016, pero con eso no basta, y ya quedó demostrado.