Por Enrique Genovar

El defensor canalla cumplió en Córdoba uno de sus objetivos desde que volvió al fútbol argentino: volver a jugar en la selección. Y no sólo que jugó, sino que tuvo un muy buen desempeño en la victoria albiceleste frente a Bolivia.

Pinola tuvo una destacada actuación, sin fisuras de principio a fin y mostró estar a la altura de una selección llena de figuras.
El Pelado no sólo no tuvo problemas en la marca, sino que fue dueño y señor de su sector. El zaguero tuvo una gran noche con la pelota en los pies. Se la entregó siempre a un compañero y hasta se animó a dar pases en profundidad.

El compañero de Martín Demichelis entendió a la perfección cuál es el juego que pregona Gerardo Martino: pelota al piso y evitar pelotazos más allá de la presencia de algún contrario cerca.

Pinola se sacó un aprobado grande. Sin dudas demostró que está a la par de sus compañeros de selección, de los que juegan en Europa. Ahora dependerá del entrenador rosarino qué lugar le da en un futuro considerando que el próximo compromiso será la Copa América.