Por Enrique Genovar

Ya está. Se fue. Rosario Central no podrá contar para lo que viene con una de las piezas claves del equipo: Nery Dominguez. La ida del volante no dejó ni héroes ni villanos. Solamente dejó una lección para aprender rápido y que no vuelva a ocurrir.

La legislación de Fifa le permite a un futbolista de un club firmar un pre contrato con otra institución cuando esté cursando los últimos seis meses del vínculo. Esta posibilidad existe desde hace muchos años…

A partir de esta posibilidad, totalmente legal que da la Fifa, se torna inadmisible para los clubes llegar al límite de tiempo para negociar las renovaciones contractuales.

Tras la salida de Domínguez hubo declaraciones cruzadas entre los dirigentes canallas y el representante del jugador. Pero más allá de eso, está la cuestión de que se llegó al límite de los últimos seis meses de contrato del mediocampista sin la extensión del mismo.

En las arcas del club quedará dinero por su ida. Algo positivo, considerando de que el Canalla podría haber perdido todo derecho sobre Nery en poco tiempo. Pero más allá de la suma, importante por cierto teniendo en cuenta la situación límite a la cual se llegó, lo acontecido debe servir de lección.

Con la «legislación Fifa» las renovaciones contractuales hay que hacerlas con un margen mayor de tiempo (un año antes de que culmine el vínculo es lo que aconsejan los experimentados). Si acá hubo reacción tarde de los dirigentes auriazules o falta de voluntad del agente del jugador ya poco importa. Lo cierto y concreto es que lo que pasó esta vez debe ser materia de corrección de cara al futuro.