Por Enrique Genovar

El interés del PSG por Giovani Lo Celso se plasmará en papel en breve. Y ahí surgirá la duda si aceptar o no la venta. Los hinchas pensarán y tomarán partido con el corazón, como debe ser. Pero la tarea de decidir qué hacer pasará única y exclusivamente por la dirigencia de Central, como debe ser.

Lo cierto es que una oferta millonaria (podrían llegar a quedar 12 millones de euros limpios para el club) es difícil de rechazar para cualquier institución de todo el continente americano.
Sin embargo, la cuestión futbolística es para tenerla en cuenta y debe también privar sobre la mesa de las decisiones. Central necesita un campeonato y el presente ilusiona a qué ese objetivo se pueda lograr. Y el juvenil asoma como factor fundamental para poder alcanzarlo.
Los directivos pelearán, pero el club parisino será quien mande. Es que en el fútbol mundial el que paga decide, le guste a quien le guste.
Los dirigentes canallas podrán defender sus intereses hasta un cierto punto. Por eso, el timón debe enfocarse más que nunca a ganar algo en este semestre.
Nadie, ningún club o mejor dicho solamente un puñado en todo el planeta puede desistir a un ofrecimiento de tal magnitud. Claro está que el Canalla no está en ese minúsculo grupo de instituciones ni ninguna que habita por estas latitudes. Sí, lo que debe hacer la  comisión es utilizar el ingenio. Pensar cada paso en una negociación que comenzará en breve. Vender ahora o después, nadie puede elegir. Se vende cuándo te vienen a comprar.
Lo cierto y lo concreto es que de definirse la ida del jugador, la millonaria venta deberá deberá dejar algo más que una cuenta en el banco y pagar deudas. Una obra, algo que perdure en el tiempo es lo adecuado. Central y Lo Celso, una unión que pronto se romperá, pero que sin dudas la ida de la última joya  canalla no debe ser en vano. «Aguantarlo» hasta que termine el torneo local o hacer que se quede luego del receso por la Copa América si es que el equipo de Eduardo Coudet se mete en la definición de la Libertadores asoma como lo indicado. Pero lo más importante es que de producirse la venta la misma no debe ser en vano y el diamante en bruto que se apellida Lo Celso deberá dejar algo que perdure en el tiempo y administrar esta situación es misión de los directivos.