Por Enrique Genovar

“Lo ideal es que estén los refuerzos al inicio de la pretemporada”. Esta frase trillada y alejada de la realidad es lo que repiten los entrenadores cada vez que hay un descanso en la competencia. Y  en Central uno de los que utilizó estas palabras fue el preparador físico Ernesto Colman, pero también al profe le falló lo que buscaba. A Central todavía no llegó ninguna cara nueva y solamente hay una negociación abierta que es con Unión por Mauricio Martínez.

Tranquilamente este escenario podría poner en estado de ebullición a un entrenador, pero nada de esto le ocurre a Eduardo Coudet. El DT aún no terminó de depurar el plantel y si convence a algunos de los jugadores que quieren cambiar de aire la sangría que sufrirá el plantel sólo será por decisión de él.

Lo misión más dura que tendrá el técnico de Central es con Alejandro Donatti. Es que el Flaco ya siente que le dio todo al club y busca cambiar de aire. Y está bien que así sea, es que el jugador también necesita hacer una diferencia económica ya que no ha tenido grandes transferencias. Encima en el trabajo de convencimiento el Chacho largará rezagado. Ya que en el receso pasado le dijo al defensor que se quede a jugar la Copa y que en el invierno (ahora) lo dejaba ir.

Lo de Álvarez asoma complicadísimo por su situación personal, pero ahí el DT no puede hacer nada…

Si alguno o los dos defensores no continúan ahí irán los cañones apuntados para reforzar el equipo. Luego por las puntas, si no se vende Víctor Salazar, la defensa no tiene problemas. Y del medio hacia arriba sólo faltan algunos retoques, principalmente a la hora de los relevos.

Más allá de quién pueda irse o venir, Central nuevamente tendrá por delante la mochila de ganar algún torneo y Coudet tendrá la de mejorar lo que viene haciendo…