Por Enrique Genovar

Juega, se divierte y gana. Las tres cosas más importantes del fútbol Central las hace. El equipo de Eduardo Coudet está entre los ocho mejores de esta parte del mundo y mantiene viva la ilusión de subirse al techo de América. Pero a ese sueño el Canalla lo asienta en bases sólidas y por esto puede seguir construyendo.

Un equipo de hombres, un plantel corto pero que tiene un carácter envidiable que puso de rodillas a un bicampeón de la Libertadores va por más. Central es un equipo. Un conjunto que podrá ganar, empatar o perder; pero que le permite a sus hinchas ilusionarse y que juega por un sueño.

Desde el arquero, hasta el nueve, pasando por el banco y empezando de nuevo. Todo el plantel está detrás de una ilusión, de un objetivo que no tiene proporción con ningún otro. O, ¿alguien puede discutir que el primer equipo de la ciudad de Rosario que levante la Libertadores reescribirá la historia?

El equipo del Chacho llegó a cuartos a fuerza de buen juego, de entrega y sacrificio. Un plantel comprometido con la causa y con hambre de gloria parece ser la principal razón del presente canalla en la Copa. El recorrido, comenzando por el arquero, encuentra a un Sosa que tiene experiencia. Que podrá atajar bien, mal o regular pero el hecho de que ya conoce lo que es jugar la Copa le da un plus. Una yapa necesaria y vital que se necesita para ir por más. Salazar, uno de los marcadores de punta con mayor proyección en el fútbol argentino y que no se achica ante la presencia de delanteros de trayectoria. Burgos, el chico que llegó de Godoy Cruz, que si bien a veces muestra falencias las mismas son suplidas por el solo motivo de tener al lado a Donatti. El Flaco es uno de los mejores del fútbol argentino en su puesto y siempre tiene un rendimiento regular. Pinola, líder fuera y dentro de la cancha. Jugador de selección y que a veces el querer hacer todo le termina jugando en contra. La defensa que fue titular ante Gremio, más el luchador de Pablo Álvarez y el bueno, que hoy no está bien futbolísticamente, de Villagra se muestra sólida y combativa.

El mediocampo de Central muestra una unión de sacrificio y talento que muy pocos equipos la tienen. El tractor de Montoya que va y viene de manera incansable por la derecha. El carácter innegociable de Musto. El otro carril está cuidado por uno que no se saca nunca el overol como Fernández. Y el talento lo aporta Franco Cervi que hoy es el jugador más desequilibrante que tiene Central. Encima luego aparece Lo Celso, la última joya, y jugadores de experiencia que aportan lo suyo cuando entran.

La delantera de Central te aniquila. Herrera, a fuerza de entrega se convirtió en una pieza importante para lo que quiere el DT. ¡Y qué decir de Ruben! El capitán auriazul es el mejor jugador del fútbol argentino y ahora le pelea mano a mano a Pratto el reinado de los goles a nivel continental.

Central no llegó a ser uno de los mejores ocho equipos del continente por capricho del azar. El Canalla tiene con qué y si bien es imposible saber hasta dónde llegará, nadie le podrá quitar la ilusión. El equipo de Coudet sigue jugando y lo hace por un sueño…