Un orgullo. Que un club esté representado en la selección nacional por un jugador siempre es motivo de orgullo. Y ni hablar lo que debe sentir el futbolista. Pero muchas veces el sentimiento que genera esa citación cambia para convertirse en un dolor de cabeza, como ahora.

Giovani Lo Celso y Mauricio Martínez, están en la lista definitiva que terminó de pulir el técnico que dirigirá al seleccionado en los Juegos Olímpicos. Y la reacción inmediata es preguntarse ¿qué debe hacer Central? Ya que al no ser una competencia Fifa los clubes no tienen obligación de ceder a los jugadores.

Sin dudas que si se piensa exclusivamente en la competencia del Canalla, la respuesta es “que no vayan a la selección”. Es que, como mínimo, ambos se perderán los primeros dos partidos del torneo. Pero esta respuesta traería como consecuencia una prohibición ética de no quejarse si después no convocan jugadores a la selección del club.

Por eso para evitar entrar en conflictos con los hinchas y con los propios seleccionados los clubes argentinos deben tomar una postura en conjunto. Deben adoptar una decisión común. Y Central debe abonar la idea de que sea una decisión corporativa. ¿Ceder o no a los jugadores? ¿A todos? ¿A uno sólo? Son las preguntas que se deben hacer en la caricaturesca AFA que existe hoy.