Por Enrique Genovar

Sin pena ni gloria. Otro torneo que pasa y Central no estará en la definición. Un campeonato donde parecía que, al menos, el equipo de Eduardo Coudet iba a pelear hasta el final para quedarse con su zona y luego luchar por la tan esquiva estrella. Pero nada de eso ocurrirá, el Canalla no tuvo con qué y el objetivo local se esfumó. Claro que lo que queda por jugar no es menor, todo lo contrario, el sueño de ser protagonista hasta el final de la Copa Libertadores continúa vigente.

El Central de los opuestos mostró sus dos caras: en el campeonato local terminó consiguiendo una flojísima cosecha tras el parate por las Eliminatorias y en la Copa le ganó a Gremio en las siempre difíciles tierras brasileras.

Los tres triunfos en fila del arranque, el empate ante River con sabor a hazaña y el partidazo que jugó en Santa Fe lo pusieron al equipo del Chacho como uno de los candidatos. Sin embargo, comenzaron las lesiones y evidenció carencias en su plantel como para seguir de la misma manera en la doble competencia. Todo esto, sumado a que el parate por los compromisos de la selección le vino verdaderamente mal (lo contrario a lo que se suponía en la previa).

El entrenador, fiel a su estilo, siguió jugando con lo mejor en los dos frentes. Sin embargo el empate con Palmeiras en el torneo local lo hizo ir a asegurar la clasificación a octavos en Montevideo y los jugadores llegaron agotados al duelo trascendental frente a San Lorenzo. Encima, antes había caído con Vélez de manera inesperada y solamente pudo cosechar de a uno en Bahía donde jugó con un hombre de más gran parte de los noventa minutos de partido.

A los golpes en fila por el torneo local le siguió la mala imagen en el Clásico. Pero llamativamente, el Central de los opuestos jugó a los pocos días un partidazo en el mismísimo Arena do Gremio.

Pero los puntos perdidos y el hecho de las jugosas cosechas del Ciclón y Godoy Cruz llevó al entrenador a elegir. Y ante Gimnasia, el muleto no pudo sumar y así el Canalla se despidió del torneo.

Central convive en este 2016 con opuestos. Por un lado el del torneo argentino que ni siquiera está en los primeros cinco puestos de su zona y por otro el de la Libertadores que ganó el partido de ida y va por sellar la clasificación para meterse entre los mejores ocho equipos del continente.