Los lamentos por lo ocurrido en la final de la Copa Argentina, tiene que ser patrimonio de los hinchas. Y no puede serlo para la dirigencia. Es que los directivos, además de ser socios del club, mientras dure su mandato deben ser los que dirigen a la institución y no simpatizantes.

Es por esto, que son ellos los que tienen que tomar decisiones tras lo ocurrido en el Kempes. Y sin dudas, una de las fundamentales de cara al futuro es cambiar el voto en las elecciones de AFA. Ya que, de ninguna manera Central puede continuar con su decisión de apoyar a Luis Segura.

No fue Boca quien lo despojó al equipo del Chacho del título. Fue el sistema, un esquema de funcionamiento duradero por mucho tiempo y con las vicisitudes generadas por el transcurso de los años. Porque si bien, Julio Humberto Grondona ya no está. La AFA se sigue rigiendo por el legado que el dueño del “todo pasa” dejó. Y no hay dudas, de que más allá de algunas ideas nuevas que pueda tener Segura y su entorno, el actual presidente afista es parte del sistema. Del mismo sistema que le privó a Central disputar la final de igual a igual ante Boca.

Los directivos canallas no pueden avalar lo que los perjudicó. Es por esta sencilla razón de que deben cambiar de elección, no porque Tinelli sea la solución. Sino por una cuestión de ser honestos con los socios canallas, especialmente con los que estuvieron en Córdoba. Ya que los verdaderos dueños del club son sus asociados.