Por Graciana Petrone

 

“Entre Tonos y Toneles” es el nombre del libro del reconocido hacedor de la cultura en la provincia de Córdoba, Tito Acevedo, que se presentará este sábado 24 a las 20 el Centro Cultural Atlas de Rosario, de Mire y San Lorenzo.

El autor estará acompañado por Miguel Jubany, uno de los principales referentes de la Academia de Tango de Rosario, Cristina Carbone y los músicos rosarinos Héctor “Pichi” De Benedictis y Adrián Abonizio. El prólogo está escrito por el humorista cordobés El Negro Álvarez.

El nombre que eligió Acevedo para este libro es el mismo que le puso al emblemático bar, en Córdoba, que funcionó en plena dictadura cívico militar como un espacio en donde se hacía culto de la música, y por donde pasaron figuras como Cuchi Leguizamón, el mismo Di Benidictis, Litto Nebbia, Santiago Feliú, Leo Masliah y Daniel Viglietti, sólo por nombrar algunos.

En diálogo con Conclusión, Acevedo adelantó que el libro está compuesto por escritos que reúnen anécdotas, en algunos casos, y en otros narraciones que él mismo inventó sobre bromas que escuchó durante muchos años en los que trabajó cerca de los músicos.

“Quise salir un poco de tanta tristeza de aquellos años. Y como todos los oficios tienen su humor particular, a los que llamo humores del oficio, a lo largo de tantas noches empecé a escuchar chistes y cuentos de músicos. Como soy escritor, algunos los transcribí y a otros los escribí yo”, contó.

Una de las anécdotas que contó, que está plasmada en el libro, es sobre el Cuchi Leguizamón: “Fui muy amigo de él, era terrible y se la pasaba haciendo bromas. Por ejemplo, Cuchi no lo quería a Ariel Ramírez y decía que había publicado una aviso en los clasificados del diario que decía ‘Vendo piano sin uso de las teclas de los costados’. O pasaba Saravia, de Los Chalchaleros y me gritaba que no lo tocara al Cuchi porque me iba a desafinar, cosas así que eran muy divertidas”.

 

Entrevista completa a Tito Acevedo

Si bien Acevedo refleja y rescata en “Entre tonos y toneles” aquellos recuerdos surgidos de las bromas, los entretelones y la comicidad de la jerga de los músicos, también habló con Conclusión sobre la otra parte: cómo fue que llevó adelante el espacio cultural que reunía a músicos emblemáticos durante el los años de plomo en la Argentina: “Mal, muy mal”, por eso es que dice que el libro representa una manera de salir de “aquella tristeza”.

Contó también, y que lo tiene anotado, que el baro y bodegón Entre tonos y toneles tuvo durante la última dictadura cívico militar doce allanamientos de la Policía de la provincia de Córdoba, cuatro de la Federal, ocho del Ejército y unas 14 veces de la Aviación. “Había un militar de Aviación que se la había agarrado con nosotros y cada vez que estaba de guardia nos allanaban. Pero lo bueno es que el lugar se hizo tan público que se hacía muy difícil chupar gente de ahí”, concluyó.