El Dr. Raoult es uno de los más destacados especialistas mundiales en enfermedades infecciosas transmisibles, es director del Instituto Mediterráneo de Infecciones de Marsella, y lleva más de 13 años estudiando los distintos coronavirus. Su figura ha generado polémica por haber desarrollado un tratamiento de bajísimo costo con resultados exitosos contra el Covid-19. Su receta se basa en la combinación de dos antiguos fármacos económicamente muy accesibles: el antipalúdico hidroxicloroquina con el antibiótico azitromicina. La hidroxicloroquina es un derivado de la cloroquina y se usa desde 1944 contra la malaria. Es un genérico que se conoce bajo varios nombres comerciales según los países y fabricantes, como Nivaquine, Resochin, Plaquenil, etc. Los 30 comprimidos cuestan solo 5 euros (unos $350 pesos argentinos, similar a un paracetamol). Si se terminara de demostrar su eficacia y se aplicara masivamente, probablemente arruinaría los intereses de laboratorios globales que vienen desarrollando tratamientos mucho más costosos, junto a planes de vacunación masiva mundial, como los propuestos por la Gates Foundation.

La azitromicina es un antibiótico muy conocido que suele suministrarse para cuadros de neumonía y distintas virosis pulmonares, en tratamientos usualmente de 3 días. La combinación de ambas drogas para tratar el Covid-19 es aplicable en la Argentina y ya se han empezado estudios en el Hospital Posadas.

Pero la Organización Mundial de la Salud, que además de organismo técnico es eminentemente una entidad política global, atravesada por la financiación de grandes laboratorios y poderosas fundaciones como la Bill and Melinda Gates Foundation, “condenó” el 23 de marzo “el uso de medicamentos sin pruebas de su eficacia”, advirtiendo contra las “falsas esperanzas”, en una clara alusión a los estudios confirmados por el doctor Raoult.

La OMS, sin embargo, ha cometido graves errores en estos últimos meses, que lejos de ayudar a combatir el virus, han facilitado su contagio en cada etapa. Mientras el virus se multiplicaba en China durante el mes de enero, salió a sostener que “no se contagia de humano a humano”. Aún luego de que el mismo ya se había propagado por todo el mundo, seguía sosteniendo que el uso de barbijos no estaba aconsejado en la población en general, a pesar de que países como China y Corea del Sur los usaron de manera obligatoria, comprobaron su efectividad y sus equipos médicos se horrorizaron al ver que en Europa no se usaban al no estar aconsejados por la OMS.

¿Quiénes financian a la OMS? Entre sus principales aportantes está la Bill and Melinda Gates Foundation, junto a la GAVI Alliance, la principal lobbista de vacunaciones masivas globales:

 

La GAVI Alliance, a su vez, fue fundada y es financiada por la Bill and Melinda Gates Foundation y por la industria farmacéutica: GlaxoSmithKline (GSK), Merck, Pfizer, Sanofi, Janssen, etc. Este es el poder real detrás de la Organización Mundial de la Salud.

Desde Francia, el doctor Raoult desafía a la OMS: “Tengo la cura, que no la quieren ver es otra cosa”. “A partir de que nosotros hemos mostrado que el tratamiento es eficaz, yo encuentro inmoral no administrarlo. Es así de simple”, aseguró Raoult.

El profesor explicó su fórmula y sus resultados: “después de seis días, el 70% de los pacientes tratados con hidroxicloroquina no tienen más carga viral en sus test rinofaríngeos”, suministrando hidroxicloroquina a razón de 600 mgs por día durante seis días, bajo la forma de Plaquenil, que es el nombre comercial en Francia del medicamento, como comprimidos, tres veces por día. La azitromicina, a 250 mgs, dos veces al día el primer dia y una vez por día durante cinco días. Para que el tratamiento sea efectivo debe aplicarse en forma temprana y para ser seguro debe acompañarse de electrocardiogramas ya que puede provocar arritmias.

Raoult Inició sus investigaciones sobre el Covid-19 con ensayos clínicos en diez hospitales chinos en Wuhan, Pekín y Shanghái para evaluar la acción de la cloroquina. “Los resultados obtenidos hasta ahora con más de 100 pacientes han demostrado que el fosfato de cloroquina es más eficaz que el tratamiento recibido por el grupo comparativo para contener la evolución de la neumonía, mejorara el estado de los pulmones, para que el paciente vuelva a dar negativo al virus y acortar la duración de la enfermedad”, dijo el profesor.

Una nueva investigación, publicada por el instituto francés y hospital universitario Méditerranée Infection, estudió a 80 pacientes, el 80% de los cuales tuvo una “evolución favorable”.

“Yo soy un científico y reflexiono como un científico,con elementos verificables. Produzco más data en enfermedades infecciosas que nadie en el mundo. Soy un doctor, tengo 75 pacientes hospitalizados y 600 consultas por día. Las opiniones de una y otros me tienen sin cuidado. En mi equipo nosotros somos gente pragmática, no pájaros de la televisión”, advierte el profesor.

“El problema de este país es que la gente que habla es de una ignorancia abismal. Yo hice un estudio científico sobre la cloroquina y el virus hace 13 años, que fue publicado. Después cuatro estudios mas han mostrado que el coronavirus era sensible a la cloroquina. Todo esto no es una novedad. Que el círculo de decididores no esté informado del estado de la ciencia, es sofocante. La eficacia potencial del resultado de la cloroquina sobre los modelos de cultura viral los conocemos. Sabemos que es un antiviral eficaz”, sostuvo.

“Nosotros hemos decidido en nuestros experimentos ajustar un tratamiento de una azitromicina (un antibiótico contra la neumonía bacteriana) para evitar la sobreinfección”, manifestó el infectólogo al diario Le Parisien.

Desde Argentina, el Dr. De Vedia opinó sobre el tratamiento: “Es un trabajo serio y es una esperanza. Las dos drogas son usadas en la Argentina. La hidroxicloriquina es una droga muy vieja, que ha sido usada en paludismo y tiene acciones concretas contra el virus. Se ha demostrado su eficacia en tratamiento. Aunque todavía falta un gran estudio para afirmar que es la droga contra el coronavirus. La azitromicina desde luego que se usa. Son dos antibióticos que combinados son capaces de regular la actividad del sistema inmunológico. Son drogas modulares porque justamente modulan o regulan el sistema de defensas del cuerpo para que se defienda de manera más eficaz. No es una novedad la combinación de ambas drogas. Es un tratamiento posible”.

En un EEUU alterado tanto por la expansión del Covid-19 como por las estratégicas elecciones presidenciales de noviembre de este año, Trump pidió recurrir en días recientes a la hidroxicloroquina y desafió la opinión contraria Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de ese país: “No tenemos tiempo para decir: ‘Venga, vamos a tomarnos un par de años para probarlo’, y vamos a probar con tubos de ensayo y laboratorios. Me encantaría hacerlo, pero tenemos a gente muriéndose hoy”, dijo el presidente. Fauci ha sido acusado también de fomentar la paranoia en el público estadounidense en medio de la pandemia y de haber trabajado junto al magnate globalista Bill Gates (quien financió a la OMS con U$S 1500 millones de dólares solo entre 2009 y 2015) en su “Plan de Acción Global de Vacunas”. La hidroxicloroquina podría frustrar parte de esos planes masivos.

En la Argentina se está probando su uso en el Hospital Posadas, siendo Alejandra, de 53 años, esposa del secretario de Hacienda de la Municipalidad de San Pedro, Fabián Rodríguez, la primera paciente en recibir el tratamiento a fines de marzo.

Cabe recordar que el tratamiento debe ser administrado por personal médico ya que tiene varios efectos secundarios: náuseas, vómitos, erupciones cutáneas, problemas oftalmológicos, cardíacos y neurológicos, por lo que se desaconseja tomarlo sin receta previa.

El poder farmacéutico de Francia, representado en la Sociedad Francesa de Farmacia, directamente se opone a su uso, ya que “tiene un margen terapéutico estrecho, es decir, que la dosis eficaz y la dosis tóxica son relativamente rayanas”. Otro tanto opina el “Alto Consejo de la Salud de Francia”, que recomienda no utilizar su tratamiento, “salvo para casos graves y bajo vigilancia médica estricta”. 200.000 franceses han firmado una solicitada pidiéndole al gobierno que se aplique masivamente, pero las autoridades de ese país siguen sin autorizar la medida.

Evidentemente, el tratamiento ultra económico del doctor Raoult, de masificarse, dañaría los intereses económicos de los grandes laboratorios que pretenden lucrar fortunas históricas con la vacunación mundial masiva y remedios mucho más costosos.

Raoult también se opone a la paranoia colectiva generada por los medios de comunicación globales de la mano de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Ha publicado el trabajo científico titulado: “SARS-CoV-2: fear versus data” o sea “SARS-CoV-2: miedo versus datos”, que puede consultarse en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0924857920300972
En dicho trabajo Raoult cuestiona el escenario de catástrofre impulsado por la OMS y concluye: “En los países de la OCDE, la tasa de mortalidad por SARS-CoV-2 (1.3%) no es significativamente diferente de la de los coronavirus comunes identificados en los hospitales públicos de Marsella, Francia (0.8%; P = 0.11). Cuatro coronavirus comunes están en circulación actual y causan millones de casos en todo el mundo. El problema del SARS-CoV-2 probablemente se sobreestima, ya que 2.6 millones de personas mueren de infecciones respiratorias cada año”.

Fuente: Kontrainfo.com