MIéRCOLES, 27 DE NOV

La Pastoral Social de Rosario insta a frenar la violencia en esta “sociedad enferma”

Desde la organización religiosa aseguraron que la responsabilidad es de todos pero “es mayor la de los que más recursos y poder tienen”. El arzobispo Eduardo Martín pidió poner “en manos de María” esta situación “dolorosa”.

El equipo arquidiocesano de la Pastoral Social de Rosario se manifestó a favor de frenar la violencia tras la escalada de asesinatos que se suceden en la ciudad.

En tal sentido, exteriorizó el pedido con un comunicado que comienza con un contundente pedido: “Basta de violencia es el grito del pueblo del que somos parte”.

“Volvemos con gran pesar sobre lo dicho el 3 de marzo del año pasado, en consonancia con la Carta de Cuaresma de nuestro arzobispo en la que nos hablaba de la necesidad de rectificar el rumbo de nuestra vida personal y comunitaria en medio de una sociedad enferma”, exponen.

Más adelante, se pronuncian “una vez más ante la escalada de muerte y agravios contra la vida  evidenciados no sólo por la inseguridad, el narcotráfico, los femicidios y las violencias interpersonales, sino por otros síntomas de esta terrible enfermedad: desempleo, pérdida del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, pobreza, hambre y desnutrición, deficiencias educativas ,destrato a los ancianos y enfermos, abusos y abandono de  niños, aborto, adicciones, enfermedades evitables, discriminación, corrupción, manipulación mediática de las conciencias y una larga lista de calamidades profundizadas por el tiempo transcurrido sin acciones que las corrijan y por la pandemia”.

Así, continúan en el escrito: “Hoy como en ese momento decimos que las causas hay que buscarlas en nuestros corazones cuyas mezquindades se reflejan en las estructuras injustas y deshumanizadas que nos oprimen”.

“Insistimos como entonces en que todos tenemos responsabilidades pero que es mayor la de los que más recursos y poder tienen. Por eso se acentúa la de aquellos a quienes los ciudadanos hemos elegido para gobernarnos y gestionar los asuntos del bien común”, señalan categóricamente.

Después de aludir a que es “demasiado el dolor y el miedo” que pasa la población, indican que “a su vez sufre más porque siente que no recibe respuestas”.

“Nosotros como Iglesia, con nuestras limitaciones y pecados pero animados por la Fe y la Esperanza en Cristo, asumimos nuestra parte y ofrecemos seguir dialogando y trabajando con todos los sectores, abrazando y escuchando a las víctimas, acompañando y asistiendo a quienes más lo necesitan como lo hemos hecho especialmente en estos tiempos de Covid”, subrayan en el texto.

Finalmente, expresan que por sobre todo ruegan a Dios, a quien la Constitución Nacional “reconoce como fuente de toda razón y justicia para que ilumine a las autoridades nacionales, provinciales y municipales y las mueva a poner en práctica las políticas públicas decididas y valientes que la hora exige por el bien de todos”.

 

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