Por Daniel Oscar Siñeriz Griffa

Seguimos celebrando en estos días un campeonato muy esperado y anhelado por más de 20 años. Nuestra Selección Nacional de Fútbol nos llevó de la mano y con los pies a un momento glorioso y conmovedor. Un acontecimiento que trae una pausa muy saludable y alentadora para estos tiempos difíciles que atravesamos con nuestra salud amenazada.

Otro hecho notorio que sobrepasa nuestros cálculos es la profusión de candidatos que se están presentando para las próximas elecciones. En un primer análisis podemos celebrar que haya tantos y tantas ciudadanos y ciudadanas que quieran mejorar, desde la participación y representación política, nuestras condiciones de vida.

Analizando un poco más me permito pensar que tenemos todavía pendiente un “campeonato” más amplio que abarca todo lo referido a la Dignidad, y hay una “candidatura” que nos abraza a todos saludablemente, porque estamos convocados al horizonte de la Igualdad.

Cada uno puede imaginar y proyectar todos los aspectos que abarcan y los terrenos que deben recorrer ese “campeonato” y esas necesarias “candidaturas”. Como así también sería oportuno repensar y replantear nuestro compromiso ciudadano, con sus derechos y exigencias.

También la Dignidad y la Igualdad son como faros luminosos que nos permiten revalorizar lo que hicimos personalmente hasta ahora en nuestro caminar y lo que nos queda como desafío, para “no bajar los brazos” y para “redoblar esfuerzos” en lo propio y con otros como “equipo”.

En todo caso no hay que aflojar con el “entrenamiento” diario y también “elegir”, antes de las próximas elecciones, para seguir desarrollando nuestra responsabilidad ciudadana.