Cada vez más personas se quejan de los altos decibeles de música que hay en los gimnasios. En contraposición, en otros lugares del mundo acostumbran a entrenar en silencio y obtienen mejores resultados.

Una medición realizada con un Apple Watch en un gimnasio de Buenos Aires llegó a indicar valores de hasta 85 decibeles. A esta potencia hay que sumarle la constancia de la misma, ya que la mayoría de los días la música comienza con la apertura del gimnasio, algo que finalmente termina perjudicando a los habitantes de las casas linderas.

«Trabajo de noche y me arruina la vida. Están pegados a mi edificio y no puedo dormir, contó Canela Bigliano -quien vive en Villa del Parque, al lado de una importante cadena de gimnasios- al diario Perfil, al mismo tiempo que aseguró que ante sus reclamos, le manifestaron que los decibeles «se adecuaban a la ley de Control de Contaminación Acústica». La opción de mudarse la seduce cada vez más.

Los encargados de las cadenas de gimnasios explican que la decisión de poner música está orientada a motivar a las personas que concurren a ejercitarse. Asimismo, aclaran que el volumen es más alto en las clases grupales, debido a la necesidad de «darle poder a los ejercicios».

La presidenta de la Asociación Civil Oír Mejor e impulsora de la normativa contra la contaminación sonora en la Ciudad de Buenos Aires, Silvia Cabeza resaltó que la misma exige a los gimnasios la presentación de un informe de impacto acústico para determinar si el envolvente arquitectónico es suficientemente aislado. Además, según la norma, no se pueden superar los 75 decibeles en la vía púbica.

«Unos 85 decibeles es lo mismo que estar expuesto a una máquina generadora de energía», comparó Cabeza en dialogo con el periodista Santiago Carrillo.

Al momento de evaluar cuál es el impacto de escuchar música en un volumen elevado, cabe destacar que los especialistas en otorrinolaringología apuntan que 85 decibeles no producen lesiones si alguien está expuesto una hora, pero sí a los profesores, que lo están durante todo el día.

La pérdida de audición a raíz del daño en el oído interno, en la parte neural, es irreversible si no se modifica la exposición. En la misma sintonía se degradan las cuerdas vocales, debido a que los profesores gritan para dirigirse a sus alumnos.

Opción saludable

Tal apunta el personal trainer con membresía en gimnasios de Nueva York, Chicago y Francia, Daniel Tangona, ninguno de esos lugares utiliza música en altos decibeles, sino que apunta a una utilización individual.

«Cada uno se lleva su música y, si no tiene, hay auriculares en cada cinta», narró.

Recuperar el respeto por el otro y ganar conciencia sobre el impacto negativo de ciertas prácticas abrirá la puerta a opciones más saludables al momento de entrenar.