El norte de la provincia de Santa Fe viene sufriendo el azote continuo de las lluvias torrenciales. Distintas zonas son las afectadas por el enorme caudal hídrico que llega tanto desde el cielo como de la provincia hermana de Santiago del Estero. Cursos de agua que buscando un cauce natural arrasan con todo lo que encuentran a su paso.

El Departamento 9 de Julio es uno de los más castigados, en algunos lugares se registraron más de 600 milímetros en las últimas dos semanas, algo que se repitió a lo largo del mes de diciembre.

Este fenómeno provocó el llamado desesperado de los productores que desde hace años conviven con este problema que se repite con las abundantes lluvias y el agua que proviene del Chaco y Santiago de Estero, generando daño e impotencia. Las autoridades comunales y municipales hablan de una situación que “supera todas las medidas de prevención posible”.

Las familias damnificadas vienen sufriendo grandes pérdidas en sus producciones, todas pertenecen al grupo de pequeños productores nacidos y criados en el lugar. Familias que aún siguen apostando a quedarse en el campo a pesar de las dificultades, ya que sus actividades son diversas y están ligadas a la crianza de vacunos, porcinos y caprinos. Cabe destacar que también se dedican al cuidado de los montes nativos y a la producción orgánica.

Víctimas de un modelo extractivista, depredador y envenenador que llega a la zona de la mano de personas que no son de la zona y sólo persiguen la rentabilidad a como de lugar. La soja, maíz, sorgo y el algodón, este último viene acompañado de más desmonte, aseguran que las prácticas con venenos esté garantizada.

Hoy las familias vuelven a renovar su angustia e impotencia, el padecer parece estar asegurado gracias a las demoledoras consecuencias que genera la ambición de unos pocos que va en detrimento de las mayorías.

Eugenia Tedini es ingeniera agrónoma y Técnica de la Secretaría de Agricultura Familiar y Desarrollo Territorial de la Nación, consultada por Conclusión profundizó sobre esta preocupante situación: “Levo más de 20 años trabajando con familias de pequeños productores, me desempeño en el Departamento 9 de Julio y más específicamente en estos distritos tan afectados como lo son Villa Minetti, Santa Margarita, Gregoria Pérez de Denis y Gato Colorado. La problemática de las grandes inundaciones lleva 5 años y afecta a miles familias abarcando un extenso territorio”.

Los medios de comunicación y su enfoque parcial sobre la situación, “la mayoría basa su análisis en la cantidad de milímetros caídos gracias a las últimas lluvias, pero en ningún momento se hace una crítica al modelo de producción industrial de alimentos que ha conducido a que esta zona, junto al este santiagueño, sean víctimas del extractivismo que lleva desmontado miles y miles de hectáreas”, enfatizó Tedini.

El cambio del uso del suelo ha producido un impacto muy pronunciado, la actividad ganadera tuvo que cederle el paso a la agricultura convencional, teniendo en cuenta que con esta vienen de la mano semillas transgénicas y agrotóxicos. “Esto está estudiado una y mil veces por las academias y pongo como referente a Ana Primavesi agroecóloga brasileña, que determinó que este modelo agota suelos y los torna prácticamente impermeables ya que mata toda vida. Eso es lo que está ocurriendo”.

Las masas boscosas nativas que actuaban como esponjas ya no están, nada puede frenar los excesos de temperatura como las que está padeciendo esa región, las mismas  superan los 60 grados. Aquí una clara ecuación que nos estaría arrojando copiosas lluvias y una enorme cantidad de agua que buscará un cauce natural.

“Los principales damnificados son los familias de pequeños agricultores, siempre se discuten las obras de saneamiento, pero nunca este modelo productivo. Hay familias que tienen entre 15 y 20 cm de agua dentro de sus hogares y por ende de sus campos. La enorme mortandad de animales les ha generado una incertidumbre muy grande desde lo económico y en consecuencia una necesidad de estar contenidos desde lo psicológico”, relató la ingeniera agrónoma.

Últimamente se viene promocionando el cultivo de algodón, algo que trae aparejado el uso intenso de agrotóxicos y un profundo y nuevo desmonte. Sobre la salida a esta problemática Eugenia Tedini disparó: “Esto se va a seguir agudizando ya que no quieren apostar a otra manera de producción cuando ésta existe y es sustentable. La mayoría de estas familias no quieren prescindir del monte, quieren cuidarlo y ordenarlo, es por ello que estamos ayudándolos y acompañándolos”, concluyó Tedini.