Sus calles esconden tantas historias y leyendas como el yugar del laburante que no escatimó sudor para ponerlo de pie. Las vías del ferrocarril dividen al pueblo en dos, mostrando como la pasión de dos clubes, Sportivo y Unión, pueden mutar la tranquilidad de las tardes cuando el clásico comienza a tomar envión.

Álvarez tiene el encanto que sólo pueden brindar aquellos lugares que escuchan con impávidos oídos, el ulular de la muchedumbre que suele aglomerarse en las grandes urbes de las cuales se contentan con poder gambetear. Las veredas como epicentro de profundos debates y amplios disparadores, de pibe era usual escuchar las andanzas de la llorona, o del derrotero de un personaje entrañable como “garrafita”. Este último tenía la enorme capacidad de acaparar la admiración de los más chicos, y los prejuicios de los más grandes.

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Pero un día que se transformaría en imborrable, se encargaría de cachetear la tranquilidad del pueblo, de transformar en esa siesta innegociable en algo eterno. Resulta inimaginable que un lugar amigado con el equilibrio, se viera tan alterado después de la tragedia náutica del pasado domingo. Como encontrar una explicación racional en un terruño que hasta no hace mucho tiempo, contemplaba como el sulky de Casagrande paraba en la puerta de cada una de las casas ofreciendo su incomparable pan casero con chicharrón.

“El pueblo el domingo se fue a dormir la siesta para nunca despertar de la misma. Es la manera más gráfica en que puedo definir lo sucedido y el impacto de esta trágica noticia.”, cuenta Rafael Brigi en dialogo con Conclusión.

Ausencias que duelen como un puñal en la carne, “nos miramos, nos saludamos con lágrimas en los ojos como toda gente de pueblo para después seguir cargando con la tristeza. No existe lugar en donde no nos encontremos con familiares, vecinos y amigos de los muchachos, te parte al medio, nos toca las fibras más intimas a todos los habitantes”, enfatizó.

“Si bien con los chicos que más relación tenía pudieron sobrevivir, hoy se encuentran en estado de shock y con un nivel de ansiedad muy grande. Cabe destacar que la actividad comercial sigue adelante pero a duras penas, la realidad del pueblo está atravesada por un dolor inmenso”, concluyó Rafael.

Atrás quedaron las discusiones políticas y futbolísticas para darle paso a esa solidaridad y empatía a las que suele remitirnos este tipo de situaciones espinosas. Álvarez se debate entre los 7 y 8 mil habitantes, ya que la migración interna que busca descomprimir la asfixia citadina ha empujado a muchos rosarinos a recuperar esa tranquilidad cercenada en estos arrabales.

Carla Braconi es periodista y ejerce su profesión en el cable del pueblo, consultada por este diario sobre como es llevar adelante la actividad ante tamaño escenario dijo: “Desde que nos anoticiamos de la tragedia, solo se respira angustia y dolor. Es muy difícil compatibilizar la actividad periodística con esta situación, ya que acá no somos solo un número como en las grandes ciudades”.

“Si bien estuve presente en el lugar de los hechos, no pude realizar ningún tipo de nota, ya que sólo pude abrazar, llorar y acompañar a los familiares y amigos que se encontraban en el lugar. No busqué la noticia, no perseguí la primicia, ya que consideré menester estar presente desde el lugar humano”, indicó Braconi.

Cuando continuar con la actividad profesional resulta un imposible, “si bien el cable del pueblo llega a otras localidades, se nos hace utópico armar y coordinar el noticiero. Esta tragedia pudo sacar lo mejor de cada uno, las palabras son respeto y acompañamiento”.

Las actividades masivas fueron suspendidas, la congoja y la necesidad de brindar ese abrazo abstracto pero caluroso, se hizo carne. Tanto Sportivo Futbol Club, que decidió no realizar la fiesta del día del amigo, un bar durante esta semana no abrirá sus puertas, el club Atlético Unión y Sociedad Italiana suspendió sus actividades al igual que la biblioteca Carlos y Guido Spano. Nunca en su historia el pueblo tuvo que pasar por algo tan impactante, cada uno desde sus creencias pero anteponiendo el respeto y unidad, aporta su valioso granito de arena para volver a transformar sus días.