El aire se torna irrespirable, la visión sufre alteraciones, la lluvia de cascarillas es una constante que llega desde las alturas no solo generando suciedad, sino también preocupación por los distintos venenos que abraza.

Vacca (Vecinos autoconvocados contra la contaminación agrotóxica) es una agrupación que busca ponerle freno a la amenaza que llega por el aire de una manera muy explícita, colocando en jaque la calidad de vida de muchos habitantes de ese sector de la ciudad.

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Este agente contaminante residual, llega por el aire afectando a barrios como La Sexta, Tablada, Echeverría, Villa Manuelita, Universitario, Municipal, y otros. La “llovizna” de polvillo y cascarillas de cereal (en general de tono rojizo) inundan patios, terrazas y calles, sembrando inquietud para los neófitos en el tema, y suma preocupación en los concientizados sobre sus efectos.

Con la idea de profundizar sobre la problemática, Luis Cuello, vecino e integrante de VACCA, visitó los estudios de Conclusión. “Esta lucha lleva un recorrido de más de dos años. La alteración que sufre nuestra calidad de vida, es muy explícita. No podemos naturalizar lo riesgoso que significa respirar un aire modificado por un polvillo que sabemos a ciencia cierta la cantidad de veneno que tiene”, relató.

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Sobre las denuncias realizadas fue tajante: “Resulta una utopía coordinar una reunión ya sea con el ejecutivo provincial, municipal, concejo deliberante o Medio Ambiente. Si bien hemos recibido una fotocopia, que quiero destacar que no es copia fiel como indica la misma, del Ministerio, lo alarmante es que después de corroborar todo lo que venimos denunciando, las unidades portuarias siguen operando y la contaminación no ha cesado”.