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Se llevó a cabo el primer examen presencial en una facultad del país, luego de la suspensión de los mismos a la que obligó la pandemia.
Fue en la de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y correspondió a un grupo de estudiantes del último año de la Carrera de Medicina, cuyo ciclo de estudios se vio interrumpido por el brote de la Covid-19 a semanas de ser concluido.
Para respetar el distanciamiento social y las normas de bioseguridad, los futuros egresados se dividieron en cinco grupos. Cada uno tuvo caminos distintos para evitar cualquier tipo de contacto. Se utilizaron las aulas denominadas «anfiteatros» que poseen un capacidad promedio para 180 alumnos, pero que en este caso se ocupó en un 20% de su capacidad.
El rector de la UNR, Franco Bartolacci, expresó a Conclusión que estaban muy contentos pero que fueron «muy cuidadosos y muy prudentes con el protocolo que habíamos aprobado, incluso la facultad adicionalmente sumo algunos protocolos de seguridad.Tenemos 165 estudiantes rindiendo».
Bartolacci agregó que «es la primera facultad de ciencias médicas que retoma una mesa de examen de carácter presencial, así que entusiasmados por la posibilidad, conscientes de la responsabilidad que implica y esperamos que todo salga bien».
«Nosotros accedimos a esta posibilidad a partir de una autorización del Gobierno de la provincia de Santa Fe, presentamos oportunamente una solicitud de carácter excepcional porque se trata de la práctica final obligatoria de la facultad de ciencias médicas, es decir, la posibilidad de que se gradúen estudiantes de las facultades médicas y con ello la posibilidad de que se incorporen al sistema de salud», explicó el rector de la Universidad.
Y añadió: «Atento a eso, el gobierno de la provincia, se comunicó con el ministerio de Educación de la Nación y habilitó esta posibilidad de carácter excepcional y a partir de esa habilitación empezamos a trabajar en los protocolos con la facultad para poder implementarlos».
Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Jorge Molina hizo hincapié en los protocolos de seguridad. «El examen tiene un protocolo bastante complejo. Tiene 165 estudiantes como bien decía el señor rector. Se hace de una manera ordenada. Cinco sectores diferentes, cinco entradas diferentes, distanciados con un tiempo prudencial para la llegada hasta que lograron sentarse, hasta la ventilación esta pautada, cuando se abre, cuando se cierra».
Sobre la manipulación del examen, Molina explicó que «el examen es escrito pero que se presenta como un caso clínico proyectado y los alumnos responden. Eso se vierte en un papel, cuando se termina el papel se pone en un folio y se descontamina para la corrección posterior». Y agregó que «ellos entran con su tapaboca nariz mentón y la facultad los provee de mascaras que usan durante el examen».
