Luego de que este jueves por la tarde distintas vecinales de las ciudades de Rosario, Santa Fe y Villa Gobernador Gálvez mantuvieran un encuentro para aunar sus reclamos por mayor seguridad en los barrios, una nueva manifestación tuvo lugar en horas de la noche, en la zona oeste de la ciudad.

Rouillón y Godoy fue el punto elegido, donde pasadas las 19.30 se fueron congregando vecinos de distintas zonas de la ciudad. Esta convocatoria se inscribe en una serie de reclamos que vienen sosteniendo, con distinta intensidad y constancia, en varias zonas de la ciudad, ante lo que señalan como una ola delictiva.

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Vecinos de la zona denuncian los constantes robos a la fábrica Mahle, que se encuentra en Presidente Perón 5600. La fábrica de aros de pistón cerró a mediados de 2019 y desde ese momento se encuentra abandonada, pero dentro aún permanecen distintos elementos, por lo que los vecinos denuncian que ladrones ingresan por las noches para robar maquinaria y cobre, entre otras cosas.

La presidenta de vecinal Unión y Progreso de barrio Azcuénaga, María del Carmen Castro comentó a Conclusión: “No se puede salir a la vereda. Tiran tiros toda la noche. Están vaciando la fábrica”.

Con respecto a la presencia policial, dijo que “policías se ven en las avenidas, en las calles internas nunca. Estamos abandonados”.

Además de los hurtos, ataques violentos en incluso violaciones, también suma a la sensación de criminalidad latente -consagrada en actos de violencia urbana que llevan muchas veces un sello mafioso, ajustes de cuentas y otras prácticas usualmente ligadas al narcotráfico- lo que desde las vecinales señalan como una falta de respuesta a sus pedidos.

 

“Tuvimos reuniones con Javkin para tomar medidas preventivas como escamonda, iluminación, bacheo. Esas cosas las están haciendo pero necesitamos que del ministro de Seguridad. No podemos dormir tranquilos. Pedimos política de Estado que no hay”.

 

Unas horas antes, una mujer que asistió a la manifestación fue víctima de un robo a su domicilio. “Me entraron en mi casa a las 8 de la mañana cuando no había nadie. Me hicieron estragos. Tuve que asegurar mi casa, tomarme la molestia de gastar”, contó la vecina.

 

Otra vecina del lugar manifestó: “No se puede salir, siempre están los arrebatos. Por la noche se suben por los techos de las casas, no se puede ni siquiera salir a tomar el colectivo”. “Uno está inseguro, tiene miedo de abrir la puerta de la casa o entrar el auto”, completó otra mujer.

En tanto, un hombre, a pesar del nutrido grupo que se encontraba en la esquina manifestandose opinó que “tendríamos que ser más” para detallar: “Tengo miedo de salir de mi casa, formar una familia. No se puede más, hay que juntarse. Hay gente que ha perdido familiares”.