Los recurrentes hechos de inseguridad y los sucesivos robos que acontecen en Rosario ponen en alerta a los vecinos que por sus propios medios se movilizan para adoptar recaudos que los hagan sentirse a salvo. Este es el caso de un grupo de personas de Puerto Norte, inquilinos de los Condominios del Alto, que decidieron recurrir a los cercos electrificados para «sentirse seguros».

Cerco-eléctricoAunque el complejo ya contaba con rejas, cámaras y alarma monitoreada, los vecinos decidieron extremar aún más las medidas de seguridad y colocaron una cerca eléctrica de forma perimetral rodeando los edificios donde viven unas 200 familias.

Desde la administración del edificio señalaron en declaraciones a LT3  que el dispositivo se estrenó a fines del año pasado, cuando una seguidilla de robos menores en las propiedades de la planta baja de los edificios sembró el alarma.

“No fueron cosas importantes, algún tender y una reposera, pero resultaron suficientes para que los propietarios no se sintieran seguros”, dijeron y resaltaron que “la seguridad es la principal preocupación de quienes eligen vivir en estos complejos de edificios”.

Por su parte, Leandro Aguilera, propietario de la empresa que colocó el dispositivo, aclaró que tiene efecto disuasivo y que no genera riesgos para las personas.

«Cuando alguien toca o corta el cerco electrificado que está sobre la reja se activa una alarma. Pero está arriba de dos metros de altura, no al alcance de ninguna persona. Y está del lado de adentro de la propiedad, que la norma internacional lo permite», señaló Aguilera a LT8.

El ingeniero que trabaja con energías renovables señaló que el sistema está alimentado con energía solar que trabaja en 12 voltios, «lo que impide cualquier riesgo eléctrico para las personas». Y que está ubicado por encima de los dos metros de altura y del lado de las propiedades.

«Cuando alguien toca o corta el cerco que está por sobre la reja, donde están los hilos de acero trenzado que están completamente aislados del resto, se activa una alarma. Y si alguien lo toca le da una pequeña descarga, pero no le va a hacer mal, ni dañar, ni matar a nadie. Simplemente es una pequeña descarga que impide que alguien pueda pasar esa barrera«, agregó.

Además, destacó que se trata de un sistema que desde hace tiempo se viene instalando en varias ciudades, pero que es una novedad en Rosario: «La ciudad no tiene una normativa que regule los cercos electrificados. Entonces lo que hacemos es basarnos en normativas internacionales», explicó para finalizar.

Los dispositivos se presentan como “el sistema más eficiente y seguro” para evitar el ingreso de “intrusos” a una propiedad y afirman que “no existen riesgos de electrocución ya que trabajan con 7 mil voltios”.

Se desató la polémica

El especialista en urbanismo Roberto Monteverde explicó a Rosarioplus.com, que “no existe regulación sobre el tema porque es algo que directamente no se puede hacer. No hay una ley que diga que está prohibido, sino que es algo que no está contemplado como posibilidad. Y a nivel municipal no hay habilitación necesaria porque es parte del espacio público”.

Monteverde analizó que “lo más serio es que lleguemos a una situación que parezca lógico que personas electrifiquen sus rejas, y que ante esa locura el Estado deba decirles que no se puede hacer eso”.

Finalmente analizó que esta decisión “es una locura, porque es parte del negocio de la seguridad privada, pero la pregunta es ¿Cuáles son los límites de la seguridad privada, que en nombre de su propio bienestar pisoteen la convivencia pública?”.

En tanto Pablo Suárez, director provincial de seguridad comunitaria dijo que “no hay legislación al respecto, así que me parece que lo realizado por el consorcio, al estar dentro de lo no prohibido, está permitido”, expresó claramente Suárez, quien de todos modos remarcó que “esta no es la política que fomentamos desde la seguridad comunitaria”.

Por último, la intendenta Mónica Fein dijo que «desde lo personal no estoy de acuerdo, ni con barreras físicas ni con barreras eléctricas que nos separen, porque fragmentan más a la ciudad y a la sociedad».