Vecinos del barrio La Cariñosa, ubicado en la zona de Avellaneda y Circunvalación, rechazan el intento de desalojo de más de 500 familias. Este lunes habrá una audiencia con la jueza en la que intentará avanzar en un mecanismo para desocupar el área.

«Somos un barrio muy unido por la misma causa», comentó Susana, una vecina, en diálogo con Conclusión. «El que compró el terreno lo hizo sabiendo que había gente ya viviendo acá«, señaló. Otra habitante de la zona indicó que «hace quince años que vivo acá. No me quiero ir, estamos unidos con los vecinos para defender esta tierra, que es nuestra«.

«Esta ya no es más una villa, es un barrio popular», comentó un joven. «Acá hay gente trabajadora, es un barrio tranquilo, todos nos conocemos. Queremos que nos den una solución«, dijo otra de las personas que residen allí.

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La Concejalía Popular defiende judicialmente a los vecinos, Nire Roldán, presidente de la organización, contó a Conclusión que «en los procesos judiciales siempre tratamos de demostrar que el Organismo Nacional de Bienes del Estado, cuando vende este inmueble o lo transforma en un inmueble privado en el año 2002, lo primero que debería haber hecho es convocar a todos los vecinos, que eran los primeros compradores según la misma ley de la década del 90. Esto no sucedió así y terminó apropiándose un particular; un privado».

 

«Lo primero que intentaron los abogados es intentar el desalojo de los vecinos que a todas luces ya vivían allí hace muchísimos años. Hay fotos en el expediente que muestran que no existía la doble traza de avenida Avellaneda ni la bajada de Circunvalación y ya estaban en el lugar cientos y cientos de vecinos viviendo allí”, amplió.

Por otro lado, una de las personas que colabora en uno de los comedores del barrio, comentó sobre la situación social de la zona: «No tenemos asistencia de nadie, nos manejamos con ayuda de la gente, a pulmón. Necesitamos que intervenga la Provincia o el Municipio«.

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Además, los vecinos exigen la instalación de los servicios básicos como electricidad, agua y pavimento, ya que deben tomar la energía de barrio Plata, aledaño a La Cariñosa. «Los días de lluvia se inunda todo, tenemos que pedir desagotadoras. Yo tengo diabetes, entonces necesito electricidad para mantener la insulina», protestó una mujer.

«Estamos totalmente abandonados. Mucha gente quedó sin trabajo, necesitamos trabajar, no solamente que el Gobierno nos dé un bolsón, queremos trabajar para pagar la luz y el agua. Pedimos que el Gobierno se ocupe de nosotros», agregó.

«Las ambulancias no entran, los colectivos después de las 20 no entran, los remises tampoco. Tampoco cuando hay un sepelio porque las cocherías no quieren entrar», remarcó la vecina del barrio.