Desde el cambio en las trayectorias y frecuencias dispuestas por la Municipalidad de Rosario, los usuarios del transporte urbano de pasajeros han modificado sus hábitos de espera y utilización de este servicio, los cuales indefectiblemente cambiaron su hacer cotidiano.
La situación en general del servicio público de colectivos ha pasado por diferentes escenarios, tanto económicos, como sociales y gremiales, principalmente durante la pandemia donde, por ejemplo, hubo 76 días de paro de los trabajadores que se desempeñan como choferes por falta de pagos.
Luego de esta situación, desde el Municipio de Rosario, abordaron un tema complejo como lo es el presupuesto y los costos del transporte, lo cual fue acompañado de una decisión con poca aceptación desde la sociedad, en su mayoría, los usuarios.
Previo a la decisión de ir a este último paro del transporte, Conclusión consultó a algunos usuarios que opinaban sobre el servicio de colectivos en la ciudad.
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Una mujer entrevistada expresó que le parece «indignante lo que nos han hecho como ciudadanos y ciudadanos y acá se piensa con una lógica empresarial para beneficiar a los privados».
Otra mujer en la parada de Corrientes y Urquiza apuntó: «Una vergüenza en la frecuencia. Sacaron colectivos. Tengo que hacer doble trasbordo cuando no hay nadie en la calle. Lamentablemente no sé qué quiso hacer el intendente».
Otra persona opinó que, debido a la cantidad de contagios, «debería haber arriba una persona que controle que no cierren las ventanillas, que vayan con barbijo. La frecuencia lo que tiene de malo es que pasan todos de golpe».
En relación a los cambios de recorridos, un joven dijo estar de acuerdo. «En ese momento estaba correcto, fue una modificación que sirvió. Me parece que en base a eso deberían hacer una evaluación», señaló.
«Hay que aclarar que en ese momento la gente estaba de vacaciones. Ahora debería estar sujeta a evaluación por ese mismo motivo» definió el joven.
