Una interminable fila de camiones se vislumbra en plena avenida Circunvalación de Rosario. Son aproximadamente mil vehículos y la cola llega desde Juan José Paso hasta Uriburu, abarcando unos diez kilómetros en total.

Además, la fila representa un peligro para los autos que circulan por la arteria, ya que ante la falta de iluminación aumentan las posibilidades de accidentes.

Los camioneros esperan para descargar sus productos en la banquina. Algunos están desde las 7 de la mañana de este jueves, pero otros se encuentran desde más temprano. Y por lo que estiman, la espera no tiene hora límite.

Aguardan para descargar maíz y trigo, entre otros productos, en Playa Pérez, de Servicios Portuarios, pero al no poseer un lugar destinado para ellos, deben permanecer al costado de la avenida.

Pero más allá de la espera, la mayor preocupación de los camioneros es la inseguridad. “Estamos tirados arriesgando la vida en esta autopista”, dijeron a Conclusión.

En la ruta no hay iluminación y de vez en cuando la policía pasa, relatan los camioneros. “Si me tenés 24 horas dentro de una playa estoy tranquilo”, agregan.

Rubén, un hombre de La Pampa, que hace 35 años trabaja arriba de un camión, comenta que en otras ciudades se sienten más protegidos y que hay playas grandes para permanecer con los vehículos. “La bronca es por la delincuencia”, reafirma Daniel.

A pesar de los reclamos que realizan a la empresa, los camioneros comentan que “nadie nos da bolilla”. “Siempre pasa lo mismo, tenés que estar todo el día”, señala Daniel, que viene desde San Carlos Centro (Santa Fe).

En estos momentos hay “cupo libre” por lo que muchos camiones se dirigieron a la terminal, pero aún ante la cantidad de vehículos no han podido entregar la documentación correspondiente, por lo que al permanecer fuera de la empresa, “para ellos no existimos”, expresan los conductores.

Nos usan de silo”, manifiesta Mauricio, un camionero de Victoria, Entre Ríos. “Y si te roban la mercadería no se hacen cargo”, completa.

Ni siquiera pueden bajar con los celulares por temor a los robos, por lo que para los camioneros -ya cansados de la espera- matan el tiempo charlando y contando historias con compañeros de ruta.