MIéRCOLES, 27 DE NOV

Tiene ocho años y tuvo la iniciativa de limpiar el Monumento a los Caídos en Malvinas

Ignacio Elías visita el monumento los domingos junto a su abuelo para cuidar el lugar. “Él se emociona mucho con todo lo social”, comentó a Conclusión su mamá.

Por Guido Brunet

Ignacio Elías tiene ocho años y tuvo la idea de limpiar el Monumento a los Caídos en Malvinas. Sin contar con nadie de su familia que haya tenido alguna conexión con la guerra, el niño decidió, como un pequeño homenaje, comenzar a visitar el lugar junto a su abuelo para intentar mantenerlo intacto.

Con un balde y un trapo, el nene y su abuelo los domingos por la mañana pulen el mármol donde figuran los fallecidos en el conflicto bélico. A los nombres de arriba Ignacio no llega, por lo que le pide a su abuelo que pase el lienzo.

Su interés se despertó cuando a los cuatro años, para un 2 de abril su maestra de jardín les habló a los chicos sobre el tema. Desde ese momento se apasionó por la temática y ahora mira videos y lee los libros que su familia le acerca. Paralelamente le insistía a sus padres y a su abuelo que lo lleven al lugar.

“Cuando era más chiquito iba todos los domingos a leer los nombres”, contó a Conclusión su madre Mariana Nimitan, quien se mostró “contenta” por el compromiso de su pequeño hijo. “Él se emociona mucho con todo lo social, lo moviliza”, añadió.

En febrero de 2016 simpatizantes del club Universidad de Chile que pasaban por la ciudad vandalizaron el Monumento a los Caídos. Eso molestó a Ignacio, así que empezó a insistir en limpiarlo. Hasta que hace unos meses, su abuelo comenzó a acompañarlo en la idea, pese a que en la actualidad el lugar se encuentra en buenas condiciones.

“Me enteré de que había rayones y me pareció una falta de respeto. Entonces para colaborar y sacarle los rayones quise venir acá”, cuenta el niño.

Actualmente el nene asiste al tercer grado de la escuela Albert Sabin, ubicada en Rueda al 5.300. “Le encanta la historia, pero sobre acontecimientos sociales”, destaca la madre. Sabe de San Martín y la batalla de San Lorenzo, pero lo que más le gusta es Malvinas. Incluso para su cumpleaños de seis el niño pidió una torta de las Islas. Sin embargo, Ignacio no quiere ser ni historiador ni militar, quiere ser jugador de fútbol.

“Él considera que el monumento tiene que estar más cuidado y que la gente no se debe olvidar de ésto. Ensuciarlo es como ensuciar una bandera. Tiene que ser algo sagrado”, expresó su abuelo Miguel. Y remarcó que Ignacio “le da mucho valor a las vidas perdidas en Malvinas”.

Al lugar cada domingo por la mañana acuden algunos excombatientes. A Fernando Vitale, un veterano que hace unas semanas se encontraba allí, le habían llegado las fotos del cumpleaños de Ignacio, y al verlo arribar con su balde por primera vez enseguida lo reconoció. Se acercó, lo felicitó y le habló sobre Malvinas.

“Primero sentí sorpresa y después emoción, que un chico conozca el tema para nosotros es importantísimo porque es lo que va a quedar cuando nosotros no estemos”, se mostró sensibilizado el excombatiente.

“Vengo para cuidarlo (el Monumento a los Caídos) y para que se respete los nombres de los soldados”, aclara Ignacio.“Me gusta que respeten el lugar”, concluye el niño, porque para dar el ejemplo a veces solamente hace falta un pequeño gesto.

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