Por Gisela Gentile

En los últimos días y bajo la tensión de una ola por enfermos de Covid que no para de crecer, se han visto situaciones poco felices e indignantes por parte de la población hacia el personal de salud. A la degradación social, se le suma el rol de un Estado que no duda en tensionar el desenvolvimiento del sector, abrazando incluso una actitud especulativa.

A frases como “si no podés hacer testeos 24 hs no vengas”, se le suman agresiones físicas que han tenido como flanco a los trabajadores de la salud. Aquellos que desde hace casi dos años están al frente de una situación sanitaria completamente disruptiva y compleja. En muchas oportunidades son los médicos, enfermeros, personal de limpieza, y kinesiólogos, entre otros, los que, además de estar saturados psicológica y físicamente y muchos atravesando precarización laboral, quedan expuestos y en soledad ante una sociedad que actúa en muchas oportunidades, de manera egoísta y decadente.

Es allí en donde nos preguntamos, ¿hasta donde se puede tolerar tanta agresión? ¿Somos conscientes del cansancio mental y físico que siguen transitando los trabajadores de la salud? ¿Quién debería bregar por la seguridad de aquellos que están en la primera línea? ¿Se debería dejar todo en manos de la responsabilidad individual de la población o es necesario que el estado prevea las situaciones para no dejarlos expuestos?

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Éstas y otros tantos interrogantes surgen una y otra vez, pero en muchas oportunidades las respuestas suelen ser esquivas. Por ello Conclusión dialogó con quienes vienen poniéndole el cuerpo para profundizar sobre el avance de esta tercera ola. Reflexiones necesarias para problematizar un debate con distintas aristas.

Juan Carlos Pendino es médico de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Centenario de Rosario, en una interesante charla con Conclusión detalló la actual situación del nosocomio. “En nuestro hospital hay un solo paciente en terapia intensiva con Covid, mientras que en otras UTI de la ciudad están creciendo los casos de pacientes con dicha enfermedad. Como punto importante a destacar de los mismos, podemos decir que son personas con factores de riesgo, inmunodeprimidos, no vacunados y otros que ostentan una sola dosis. Eso es lo que en general estamos viendo en terapias intensivas, no solo de nuestra ciudad sino del país”.

 

Ante esta situación y el avance de una variante que resulta mucho más contagiosa Pendino agregó que “deberíamos sacar como primera conclusión que un porcentaje grande de los pacientes que están internados en estos momentos, no están vacunados. Por ello seguimos insistiendo en que todos deben inocularse, para que esto no siga avanzando es necesaria la vacuna”.

Largas filas de personas para realizarse un hisopado ha sido la postal de un veraneo completamente atípico. “Después de estar casi dos años luchando contra esta pandemia, y cuando parecía que esta realidad se iba a calmar un poco, aparece la variante Ómicron que ha hecho que todas las personas salgan disparadas a hisoparse. De a cuerdo a lo que dicen los expertos, en torno a los hisopados, solo deberían hacerlo aquellos que tengan síntomas, por lo cual instan a los contactos estrechos de personas positivas a aislarse y no hisoparse. De esta manera se podría reducir este exceso de hisopados que estamos viendo actualmente, que en algunos casos se los realizan para poder viajar, u otras situaciones que no son precisamente estar trascurriendo la enfermedad”.

El recurso humano es limitado, y los profesionales de la salud transitan sobre una delgada cornisa. “El personal de salud está agotado, trabajando a destajo y preparándose para lo que se pueda venir, que es una mayor ocupación de camas en terapias intensivas. Esta situación es compleja y se da en épocas de vacaciones, en donde la gente se pone tensa, ya que en muchos casos no pueden tomarse la cantidad de días que querrían tomarse, por ejemplo. Muchos médicos enfermeros o kinesiólogos que empiezan a pasar parte enfermos, otros aislados, se hace realmente complicado”, sentenció.

Seguramente en poco tiempo se pedirá el pase sanitario en muchos lugares más de los que se exige actualmente. “Esto de alguna manera funcionará como un aval que tengan las autoridades para que esto no siga avanzando. Lamentablemente hay gente que está en contra del mismo, pero las autoridades tienen el derecho de exigir, por ejemplo, que en una oficina pública puedan ingresar personas con pase sanitario. Tanto los médicos como las sociedades científicas y autoridades hablan de que aquellos que no se vacunan lo hacen por cuestiones de desconocimiento, por ello no me parece correcto utilizar la palabra ignorar y sí desconocer. Por lo tanto es fundamental que ese desconocimiento se erradique de la población y la comunidad en su conjunto se vacune» , concluyó.

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Quién también quiso realizar un aporte fue Jorgelina Signa, enfermera de neonatología y delegada del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. “Este nuevo colapso de cara a la tercera ola, con la intromisión de la variante ómicron, tiene que ver con un nuevo fracaso de las políticas de gobierno. Las nuevas normativas de la provincia de Santa Fe, en relación al personal de salud, no solo se da de espalda a los propios trabajadores, sino que también violenta los derechos históricos del conjunto de la población trabajadora. La misma plantea que estando sospechosos de enfermedad y con un testeo al quinto día, con utilización de barbijos N95 o habiendo estado con un contacto estrecho, debemos concurrir al trabajo por la alta demanda de trabajo. Esto sin duda violenta el derecho de licencia por enfermedad”.

 

A pesar de que por unos meses los casos se habían amesetado, la situación que rodea a los trabajadores de la salud no se ha visto modificada. “Por parte del gobierno, no significó una etapa de preparación para las nuevas olas, a pesar de tener bastos ejemplos en el planeta. Países del primer mundo estuvieron transitando y transitan colapsos sanitarios, por qué pensar que la Argentina no iba a sufrir otro pico de enfermos y fallecidos por Covid. Esa meseta, lejos de haber sido un descanso para un impulso de políticas sanitarias en función de atravesar de manera preventiva nuevas olas, el gobierno se dedicó a despedir, como lo hizo en el geriátrico de la ciudad de Rosario, en el Cullen, y como intentó hacerlo en el Hospital Eva Perón. Además, no preparó lo que era evidente, eso de ir tomando por capas, como primero se contagiaba más las personas adultas, luego los adolescentes, y hoy estamos atravesando una nueva realidad de contagio en pediátricos y lactantes, ya que el resto va teniendo una relativa resistencia al virus producto de la vacunación”.

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En torno a la campaña de vacunación, Signa destacó que se deberían haber aplicado más estrategias que insten a la misma.  “Se debería haber hecho un seguimiento más exhaustivo en torno a la misma, con el fin de haber podido lograr que haya más personas con el esquema completo. Hoy tanto las terapias intermedias como las críticas, tienen internación de adultos por vacunación incompleta o no vacunación”, sentenció.

Con una suba exponencial de niños y niñas con Covid, el panorama de la pandemia se vio modificado. “La situación de los niños y niñas no está siendo abordada con políticas preventivas. Las salas pediátricas e incluso las de neonatología y materno-infantil, no están preparadas con filtros Hepa (purificador de aire que filtra virus y bacterias), elementos de protección personal o salas de aislamiento, sino que todos están juntos por falta de recurso humano. No hay modulares como se armaron en su momento para la gente adulta. No está preparado para la situación pediátrica y los lactantes”.

Para finalizar y a modo de reflexión, Jorgelina Signa sostuvo que, “estamos desde el 20 de marzo del 2020 e la primera línea, por lo cual rechazamos la normativa ligada a la quita de derechos de los trabajadores de la salud. Es necesario cuidar a aquellos que deben proteger al conjunto de la comunidad. Y, por otro lado, no podemos dejar de lado la precarización laboral en la cual se encuentran inmersos muchos trabajadores; situación que hace que sedan ante normativas de carácter casi “ilegal”, como ir a trabajar estando enfermos, por temor a la pérdida del trabajo. Es necesario mejorar las condiciones de trabajo y lograr el pase a planta permanente de los 4000 monotributistas que se desempeñan en distintos hospitales de la provincia, con el fin de mejorar también la calidad de atención a la población”, concluyó.