La tarde del sábado 22 de diciembre fue atípica en el barrio, no es común ver a Papá Noel llegar en su trineo para los niños y niñas de Puente Gallegos. Con una gran ecomoción y alborotados recibieron a esa figura tan esperada. Gracias a la ayuda de los almaceneros del barrio y en coordinación con la asociación civil Construyendo Puentes se pudieron entregar más de mil bolsitas de caramelos, chupetines, entre otras golosinas.

“Hace un tiempo venimos realizando algunos eventos apoyados mucho por Juan Manuel Ferrer, director del distrito Sudoeste. Con él compartimos la visión de que sumar participación a la comunidad es comprometerse con el barrio, es transformar la dinámica con la que hoy nos relacionamos, y todo esto tiene una propósito, como lo dice el nombre de la institución: Construyendo Puente”, expresó el presidente de la asociación civil, Gastón Cantero.

Y remarcó: “Gracias a las mesas barriales la comisión directiva de esta asociación civil pudo acercarse al resto de las instituciones del distrito sudoeste, conocer a qué se dedican y empezar a trabajar juntos para mejorar la relación entre los vecinos de su barrio”.

El trabajo que las instituciones del sudoeste realizan día a día para entretejer y fortalecer las relaciones humanas de los 27 barrios es digno de ser imitado. El nexo de vinculante son las mesas barriales que programa la municipalidad de Rosario todos los meses, desde allí se encuentran para dialogar, y construir transformaciones, pero también para pensar de qué manera se mejoran las condiciones de vida de todos los vecinos y vecinas.

En un balance de las acciones que se realizaron durante este año desde las mesas esta la instalación de una plaza en el barrio que hasta ese momento no disponía de ningún espacio público.

A principio de año, la esquina de Camino Viejo a Soldini y Biarritz se llenó de vecinos para inaugurar el nuevo Espacio de Convivencia de este barrio. El espacio, que años atrás era un área abandonada, ahora luce totalmente renovado y equipado con juegos inclusivos, bancos, senderos y hasta un suelo anti-golpes, que lo convierte en el primer espacio público barrial con ese sistema de protección.

La elección del nombre de la plaza fue llevado a cabo a través de una instancia de votación coordinada desde las mesas barriales también, donde vecinos e instituciones participaron democráticamente.